De vuelta a la realidad
Volvemos a la carretera a pesar de que los últimos días no se han correspondido con la exigencia de esos viajes con amigos que terminan con un buen show.
Volvemos a la carretera. Ahora mismo se podría decir que me siento como un cantante cuando comienza la gira y aunque la mía lleva ya una semana de recorrido, los últimos días no se han correspondido con la realidad ni la exigencia de esos viajes con amigos que siempre terminan con un buen show. Hemos tenido un día de descanso donde hubo tiempo de hacer noche en un hotel y aunque pueda resultar sorprendente después de 12 días durmiendo en una tienda de campaña, el privilegio no es tumbarte en un colchón sino disfrutar de una buena ducha de agua caliente.
El Dakar cambia por completo las prioridades. Mientras que en un día a día normal cualquier resquicio es bueno para aprovechar el tiempo al máximo, aquí siempre buscamos la manera de poder retrasar el despertador aunque sea un minuto más. Ni siquiera pedimos cinco. Después de un ocho que parece imposible para guardar la tienda ponemos rumbo al autobús, y cuando estás a punto de volver a cerrar los ojos, llegas a un aeropuerto que te lleva de vuelta a la realidad. La carrera no se ha terminado.
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