Apaga los fogones, enciende el motor: Nandu Jubany va al Dakar

Un rally a pequeña escala es el que se debe trazar hasta coronar el Mas Nou, en Viladrau, la tierra del mítico piloto Antonio Zanini (al que por algo apodaron el marqués de Viladrau), en plena naturaleza. Pero el recorrido merece sobradamente la pena. Porque en el corazón de Montseny catalán aguarda una estampa absolutamente otoñal y, sobre todo, porque aguarda, haciendo rugir el motor, un hiperactivo Nandu Jubany. El prestigioso chef, con estrella Michelin, soles Repsol y que ya participó en el Dakar de 2018 al mando de una moto, presentaba este viernes su proyecto para la edición de 2025, que abordará en coche.

“Yo pensaba que nunca me lo podría permitir, porque cuesta mucho dinero”, asume Jubany, sobre el paso de las dos a las cuatro ruedas, que también cuenta con otro componente: la seguridad. “Con las motos eres muy consciente del peligro, de que en cualquier circunstancia puedes hacerte daño. Y en coches, vas atado, bien cubierto por una caja. Es mucho más seguro que la moto, donde tú eres la coraza”, reflexiona, antes de lanzar un órdago sobre su propósito en el Dakar que transcurrirá entre Bisha y Shubaytah, en Arabia Saudí, del 3 al 17 de enero próximos: “Este año no queremos ganar, esperaremos al año que viene”, afirma, antes de soltar una carcajada.

“Seré el mejor entre los cocineros”

Rodeado de su madre, su pareja, y por supuesto de los patrocinadores que hacen posible esta aventura -KH7, Torrons Vicens, Mercedes, Damm o el hotel MIM Andorra, propiedad de Lionel Messi (“espero que un día se suba al coche”, lanza)-, el objetivo real de Jubany es “ser el primero de los que no se dedican a ello. Seguro que seré el mejor entre los cocineros”, remacha.

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Y, en ese sentido, no le va a faltar una nutrición adecuada en el Dakar. “Hice mis barritas energéticas (MuchMore), geles, gelatinas, proteínas”, desgrana. Y abunda: “También llevaremos embutidos de la comarca, longaniza de Vic escondida… y ya diremos que es de ternera”, bromea, habida cuenta de que en Arabia Saudí no se consume cerdo. “Seguro que la furgoneta de suministros irá llena, y que vendrán Nani (Roma), Gerard (Farrés) y todos a comer con nosotros”, culmina.

“Unas manos de oro, igual en los canelones que al volante”

En el bogie, con la asistencia técnica del Team MD, un equipo familiar francés, le acompañará un experimentado piloto, Marc Solà, que ha completado nueve veces el Dakar. Son como el ying y el yang, como pudieron comprobar en el reciente Rally de Marruecos, donde estrenaron el coche y acabaron segundos de su categoría. “Nandu es un culo inquieto. Nunca para”, valora Solà, que explica: “Cuando llegamos a Marruecos nunca había competido en dunas, y en tres días las dominó, lo cual no es nada fácil. Lo tuvimos que frenar incluso, porque a la que las veía se volvía loco. Ahora entiendo su cocina, tiene unas manos de oro, igual en los canelones que al volante”.

“La primera vez que ves una montaña de 150 metros te cagas, luego la subes y no tienes narices de bajar. El segundo día ya lo tuve más claro. Y el tercero ya subía y bajaba por todas partes, pensando a cuántos avanzaría. Marc me hizo tomármelo como un disfrute”, replica el chef, quien rubrica el encuentro, en un escenario inmejorable y al ritmo culinario de su equipo de cocina, con una frase que le acompañará en ese Dakar 2025: “Es una carrera que no gana quien no corre más sino quien llega al final”.

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