A Sainz no le salen las cosas
El español, a pesar de que acabó cuarto, sufrió con el polvo y acumuló otro pinchazo. Al Attiyah rozó su primera victoria, pero Loeb le quitó el triunfo en meta.
Después de la tormenta siempre llega la calma y parece que por fin, después de tres primeros días frenéticos con un kilometraje casi abusivo y los pinchazos como protagonistas, la normalidad se comienza a instaurar poco a poco en este Dakar. El retorno de la semi maratón fue una especial rápida y como se preveía sencilla, aunque eso no impidió que los ganadores de ayer pagasen la tasa de abrir pista en el desierto. Moraes y Monleón se borraron con un Hilux en problemas (se paró Quintero en el km 68 por un fallo relacionado con el sistema de aceite) que se quedó fuera desde el principio en la pugna por la victoria. En ella debería haber estado Sainz, aprovechándose de su sexta posición de salida, pero no le salieron las cosas y fue Al Attiyah quien trató de buscar el primer triunfo de la edición y el primero con el Hunter. Pero ese privilegio fue para Loeb.
Nasser fue la referencia en todos y cada uno de los puntos de control. En mayor o menor medida siempre mantenía a raya a sus rivales directos y entre ellos estaba un Carlos que empezó muy bien pero acabó cuarto, cediendo casi cinco minutos con el ganador, tras encontrarse con un Toyota que entorpeció su camino. El español llegó a la posición de Dumas y el francés, fue un impedimento. “Tardó mucho en quitarse con el polvo y yendo tras él he vuelto a pichar”, explicaba el piloto de Audi en su llegada a meta, sobre una especial que “no era para nosotros”. El madrileño asume que “no ha salido bien” una jornada donde recuperar el liderato era factible y se quedó sin premio en un día donde también tuvo que renunciar el qatarí a su recompensa.
Que Loeb no llegase emparejado a la par que sus rivales a los puntos de control (salió muy retrasado tras acabar 23º en la tercera etapa), no era sinónimo de estar ausente en carrera. De hecho ha estado más vivo que nunca en este inicio de Dakar y se ha convertido en el quinto ganador diferente de la edición (tras Ekstrom, De Mevius, Peterhansel y Moraes). Los segundos decantaban el crono a favor de su nuevo compañero de equipo, pero en la recta final el francés exprimió el Hunter para pasar página de todos los problemas que han vuelto a condicionar este comienzo de rally. Recuerda a algo parecido como lo que pasó hace tan solo un año, donde una vez cogió el ritmo acabó con seis victorias históricas, y ahora empieza la racha con una remontada por delante si quiere ser candidato al Touareg, en la que debe recuperar a 23 minutos a un líder que ha renunciado por un minuto a un triunfo que llevaba el nombre de Loeb. Y así no salen las cuentas.
El francés pasó al ataque en el último momento para dejar a sus rivales sin capacidad de reacción. Al Rajhi, que consolida su liderazgo tras el cuarto día con un margen de cuatro minutos frente a Sainz, hizo lo propio. Pero por detrás Loeb tenía un plan maestro que ha ejecutado a la perfección como hacía Nasser en los viejos tiempos. Pero ahora, por fin, el qatarí ha reconocido que sigue adaptándose a las cualidades de un coche que vuelve a ser ganador gracias a su compañero, mientras que el Audi continúa imponiéndose en regularidad (metió a sus tres coches en el top-10), como también lo hace una Laia Sanz que ha vuelto a finalizar 15º, justo por detrás de Nani Roma (13º) con el Ford.
Resultados Etapa 4 coches
Así va la general de coches
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