Sainz se va como un grande
El español es segundo detrás de Lando y delante de Leclerc en su última carrera con Ferrari. McLaren, campeón de constructores. Alonso fue noveno.
Se marcha como un grande, quizás con más grandeza que el equipo que le despide para hacer sitio a una leyenda, sí, que no ha podido con Russell en 2024, también. Sainz aparcó el Ferrari en la segunda posición del podio y se lo entrega a Hamilton con una ovación sentida del garaje y los tifosi. Terminó el GP de Abu Dhabi detrás de Norris y por delante de Leclerc. El doble podio no le valió a la escudería el título de constructores, eso se lo lleva McLaren gracias al holgado triunfo de Lando. Pero el aplauso es general, Carlos se vació hasta la última vuelta del año más difícil de su carrera deportiva y se marchará a Williams con cuatro victorias, seis poles y 27 podios, con el único objetivo de seguir engordando su palmarés como ha hecho en las últimas cuatro campañas. Tardará en llegar, pero quiere volver. Mientras tanto, su lucha inquebrantable por la segunda plaza en Yas Marina quedda como el último cajón del español, hasta nueva orden.
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Fue una carrera de ritmos gracias a lo que sucedió en la arrancada. Bajo los semáforos Verstappen repitió su clásica gran salida y pasó a Sainz en escasos metros, pero en la curva uno ejerció de ‘Mad Max’ y noqueó a Piastri. Ambos trompearon y vieron marchar a casi todo el grupo. “La maniobra de un campeón del mundo”, describió el australiano. Eso abría un escenario nuevo: Norris lideraba delante de Sainz y Gasly. La primera vuelta fue incidentada porque Pérez tuvo un toque con Bottas en la chicane que divide las dos rectas. No pareció grave, pero el Red Bull dejó de funcionar. Leclerc para entonces ya era octavo después de varias frenadas por el exterior dignas del mejor videojuego. Se decretó coche de seguridad virtual.
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La resalida no debió beneficiar a Carlos, que de golpe se encontró a más de tres segundos de Lando. Pero resistió el empuje y tiró con todo lo que tenía para mantener vivas las opciones de victoria, igual que Charles adelantaba a lo que se movía para sostener las aspiraciones de Ferrari. Fue una carrera de ritmos, los de delante iban a una parada. Sainz se acercaba por momentos, pero daba la sensación de que en todo momento, Norris tenía una décima de colchón. Piastri estaba en la pista pero técnicamente no contaba: arrastraba una sanción de diez segundos por un inoportuno choque que adelantó el final de Colapinto en la F1, por ahora.
Sainz encadenó un par de cronos buenos, adelantó su ‘pit-stop’ y obligó a Norris a parar bajo presión. El inglés regresó a la pista con solo 1.5 segundos de ventaja sobre Carlos. Fue un momento de alta tensión, porque un 1º-3º le podía entregar el Mundial de constructores a Ferrari. Pero Lando resistió, abrió hueco décima a décima, vuelta a vuelta. Los dos segundos pronto fueron tres, y luego cuatro, y se estancaron en cinco. La diferencia entre monoplazas era mínima, pero la balanza se desequilibraba hacia el MCL38 por un margen suficiente.
En las últimas diez vueltas, Carlos cedió otro par de segundos por la amenaza de sufrir un pinchazo que afortunadamente no se concretó. Lando abrió hasta seis segundos y marchó hacia la bandera a cuadros para entregar a McLaren su noveno título de fabricantes y el primero desde 1998. Norris y Piastri no habían nacido entonces. Ganaron las “Papaya rules”, fueran lo que fueran, aunque el título que cuenta se lo llevó Verstappen dos semanas atrás. En esa última vuelta Hamilton salvaría la cuarta plaza con una gran remontada y tras una defensa pastelosa de Russell. Max fue sexto, remontó la penalización de diez segundos por su colada con Piastri. Gasly, Hulkenberg y el imperturbable Alonso completaron los puntos por delante del australiano. Fueron dos más para Fernando, que siempre está. Aunque su coche no lo justifique, termina noveno la temporada cuando el otro Aston Martin no pudo con Zhou.
Sainz debió conformarse con la plata. Y con el Williams. Leclerc cerró entre fuegos artificiales el doble podio más agridulce de la historia de Ferrari, y probablemente también el podio menos feliz de todos los que consiguió Carlos en estas cuatro temporadas. No hay despecho, se marcha agradecido. “Gracias Ferrari, fue un placer, ‘forza Ferrari’ siempre”, dijo por la radio. Gracias, Carlos.
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