Qué fue de Daniel Ricciardo
El australiano, uno de los grandes de esta parrilla, sonó para Red Bull tras su medio año sabático, pero ahora no destaca frente a Tsunoda.
Ricciardo fue considerado uno de los grandes de esta parrilla, pero sus últimas irregulares temporadas en la Fórmula 1 empiezan a descompensar la balanza. El australiano incluso sonó para Red Bull en las horas bajas de Pérez en 2023, pero ahora la fotografía arroja otra perspectiva: Tsunoda está delante a una vuelta y a la par en carrera. Que haya igualdad entre los dos pilotos de Racing Bulls, el segundo equipo energético, ya es negativo para el caché de ‘Danny Ric’: el japonés de 23 años está en su tercera campaña de F1 con una progresión poco ilusionante, sin el apoyo de Honda ya se habría marchado; mientras que Ricciardo tiene 34 años, ocho victorias en el Mundial y un pasado de éxitos cada vez más desdibujado.
Llegó a Red Bull en 2014 y firmó uno de esos títulos de ‘mejor del resto’ bien ganados: venció tres carreras (Canadá, Hungría y Bélgica) y fue el único que despuntó tras los todopoderosos Mercedes de la época, terminó el Mundial tercero. Repitió la posición de bronce en 2016, entonces con una sola victoria (Malasia). Decidió marcharse de Red Bull tras un 2018 con altibajos, venció en Mónaco, pero se descolgó a mitad de año y por primera vez Verstappen le pasó claramente por encima. El ambiente en el garaje y la construcción del equipo alrededor de Max invitó a Ricciardo a probar fuera. Tenía la renovación encima de la mesa, pero aceptó una oferta irrechazable de Renault que le convertía en uno de los pilotos mejor pagados.
A partir de ahí, los problemas. En 2019 pasó desapercibido, y aunque en 2020 llegaron los podios con la casa de Enstone, le faltó paciencia: para entonces ya había firmado tres años con McLaren. En Woking no dio el nivel, tampoco encontró el apoyo que necesitaba y la comparativa con Norris le dejó muy mal parado durante dos campañas. Solo le salvó aquella memorable victoria en Italia 2021 por delante de su compañero. Al año siguiente, Zak Brown decidió interrumpir su contrato para fichar a Piastri y Ricciardo se preparó para un año sabático como suplente de Red Bull, aunque los malos resultados de De Vries (y la zozobra de Checo) le trajeron de vuelta a la F1. Con el empuje del debutante, por momentos pareció una amenaza para el mexicano. Pero una vez se han establecido las fuerzas de cada uno, y visto el polvorín que hay en Red Bull, se antoja complicado que Ricciardo vuelva a tener sitio en un grande.
“Pasas de héroe a otra cosa en poco tiempo”
“Con una temporada muy buena puedes mejorar tu situación. El objetivo siempre es hacerlo lo mejor que puedas y mi objetivo es pilotar el coche lo mejor que pueda. No pienso en el asiento de Red Bull, hace doce meses no estaba aquí y no sabía si iba a volver. Tengo ganas de correr en casa. Las primeras dos carreras no han sido increíbles pero no es una preocupación, hay mucha gente nueva en el equipo. Esto acaba de empezar”, admite el piloto, optimista.
Aunque también es consciente de que en este deporte uno es tan bueno como su última carrera, y las últimas de Ricciardo no son las mejores de sus estadísticas: “Pilotar es lo más importante y también hablar con los medios cuando las cosas no van bien y no se habla de manera tan positiva. Estoy aquí porque creo que puedo hacerlo y que este es mi sitio. Cuando alguien dice que tengo que demostrar algo, yo estoy aquí por mí mismo. Quiero que la gente que me apoya esté orgullosa. Quiero entrar en Q3 y alcanzar los resultados que creo que puedo alcanzar, pero la parrilla está muy apretada. En Bahréin no hice la vuelta de clasificación que tenía, es la diferencia entre pasar a Q3 o quedarte 14º. En Arabia Saudí había menos de una décima entre el 9º y el 16º. Pasas de héroe a otra cosa en poco tiempo”.