“Mi competitividad era tan alta como siempre, la gente no lo veía”

A sus 41 años, poco le queda por conseguir a Fernando Alonso dentro del automovilismo. Sin embargo, su motivación sigue manteniéndose más alta que nunca. Ha sido dos veces campeón del mundo, ha ganado 32 carreras dentro de la F1, un Mundial de Resistencia, dos ediciones de las 24 Horas de Le Mans, ha participado en un Dakar, en las 24 Horas de Daytona, las 500 Millas de Indianápolis… pero para el asturiano todavía no es suficiente. Cierto es que le falta una victoria en esta última cita para alcanzar la ansiada Triple Corona, pero su mayor objetivo en la actualidad es conseguir la triple, pero dentro de la Fórmula 1.

Y con Aston Martin siempre ha visto posibilidades. Es un proyecto que le maravilló desde el primer momento y, con un inicio de curso de ensueño con cuatro podios en cinco carreras, las expectativas crecen en vista al futuro. Quién lo diría hace apenas cinco años, cuando Alonso anunciaba su adiós al Gran Circo después de 17 temporadas en la élite. Llevaba cinco cursos sin ganar, 12 años sin ser campeón y eso le llevó a forjar una salida que ni él mismo quería. “Cuando acabé, estaba en horas bajas. Yo no quería eso porque mi rendimiento, mi competitividad, era tan alta como siempre entonces, pero la gente no lo veía”, confiesa Fernando en una entrevista con The New York Times. Y, aunque recientemente se han cumplido diez años desde su última victoria en Barcelona, el de Aston Martin asume que está “demostrando que sigo siendo rápido, tenga la edad que tenga”. “Es parte de la historia del regreso”, explica, con la ilusión de “ganar el 33º gran premio o luchar por un campeonato” para añadir “más dramatismo a la historia”.

Parece ambicioso, pero el proyecto de su nueva marca da razones para soñar. También son méritos propios: desde su regreso en 2021, con un Alpine a medio camino, el español maravilló a todo el mundo, incluso a aquellos que no confiaban en su vuelta a la competición más exigente. No consiguió los resultados esperados en la marca francesa y, mientras negociaba un nuevo contrato con los galos, Lawrence Stroll apareció con un rayo de luz en el horizonte. “Recibí una llamada preguntándome si ya estaba comprometido con Alpine”, revela Alonso, quien explicó que, pese a que “las conversaciones estaban bastante avanzadas”, todavía no tenía “nada por escrito” que oficializara su unión para los próximos años. Siendo buenos amigos desde hacía años, el acuerdo no se hizo esperar: “Me dijo que si le enviaba algo por escrito hoy, lo tendría en cuenta. Me lo envió, me alegré, y como no tenía nada de la otra parte, fue una decisión fácil. Todo fue más rápido gracias a esa relación a lo largo de los años”.

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Sueños por cumplir

Y su apuesta salió mejor de lo esperado porque, aunque confiara en el proyecto a largo plazo, nunca pesó que el rendimiento actual y los resultados pudieran llegar tan rápido: “Pensé que llevaría tiempo alcanzar un cierto nivel, que quizá en 2024 podíamos luchar por podios. No esperaba que el coche ofreciera el tipo de rendimiento que tenemos ahora”. “Confié en el proyecto”, confiesa Alonso, que sintió que era " una bonita aventura para el final de mi carrera, empezar con un equipo que tiene tanta ilusión y buenas perspectivas”. Y, a primera vista, no se equivocó. Pero es consciente de que su tiempo dentro de la Fórmula 1 ya es limitado. “Soy consciente de mi edad”, revela. “Sé que no estaré aquí los próximos 10 años, o lo que sea, así que quizás cuando deje de correr, estaré vinculado al equipo de alguna manera”, añade, todavía con la ilusión de alcanzar la número 33 y, por qué no, algo más: “Ganar un campeonato sería algo perfecto”.

“Si gano otro campeonato todos estos años desde el anterior, sería algo sin precedentes, ese tipo de distancia entre dos campeonatos. Ese es mi objetivo en este momento”, comenta Fernando que, consciente de que se marca un reto bastante complejo, se conforma con dejar huella dentro de la F1, para que siempre le recuerden: “O el legado que quiero dejar en este deporte, de alguien que lo ama tanto como para seguir corriendo durante muchos años, manteniendo el nivel lo más alto posible. Eso demostraría algo, algo que formaba parte de mi regreso”. Y, aunque pueda parecer que ya no queda ningún sueño por cumplir, Alonso revela otro de sus grandes deseos, más allá de la motivación por una nueva victoria: “Quiero tener una familia. Es el mayor sueño de mi vida. Todavía no lo he conseguido por mi forma de vivir. Eso es algo que cuando deje de correr, es donde encontraré mi felicidad”.