McLaren, Leclerc y un abismo

Hungaroring, uno de los templos europeos de la alta carga aerodinámica, expone los puntos fuertes y débiles de la parrilla en el paso por curva, que es donde de verdad se marcan las diferencias de esta Fórmula 1. Así que no es una sorpresa que los dos McLaren lideren con dos décimas de ventaja sobre uno de los pilotos más en forma de la parrilla, Leclerc (3º, 0.217) y de seis décimas en adelante con respecto a todos los demás. Norris fue el más rápido por delante de Piastri (0.019) aunque la renta del inglés es mínima. Hadjar fue cuarto (0.629) y Hamilto, quinto (0.682). Pero a partir de la sexta plaza, la brecha es extrema y ronda el segundo, décima arriba, décima abajo.

Sucumben, entre muchos otros, Russell (8º, 0.873) o Verstappen (9º, 0.888). De hecho, había comentarios de sorpresa por la radio cuando los ingenieros de carrera exponían las diferencias con los cronos de Lando y Oscar. Además las apreturas de la zona media-baja de la parrilla no han desaparecido, y apenas cuatro décimas separan una holgada Q3 de la eliminación en Q1.

Stroll fue décimo con el Aston Martin, Drugovich logró el 16º con el otro AMR25 en sustitución de Alonso. Probaron el suelo de Silverstone y el de Ímola junto con el alerón delantero de Spa (que aquí incorpora retoques para ajustarse a los niveles de carga de Hungaroring). Ahora los ingenieros analizan qué fondo plano es el más adecuado.

Sainz fue 15º con el Williams, apenas un par de décimas más lento que Albon (11º) pero separado por varios puestos. Apuntaban más arriba con el neumático duro, los primeros registros del español fueron razonablemente competitivos, pero poco a poco el coche de Oxford perdió posiciones en la tabla. Dicen que no es este un gran circuito para sus características. Como si fuera culpa de la pista, grandiosa, potenciar las virtudes de los monoplazas totales.