Ímola 2023: así se fraguó la suspensión sin precedentes de un Gran Premio de F1
Las lluvias torrenciales provocaron graves inundaciones en la región italiana que impidieron la celebración de la carrera. Hubo 14 fallecidos durante la alerta meteorológica.
16 de mayo de 2023. Una fecha marcada en el recuerdo de todos los italianos. Especialmente de todos aquellos residentes en la región de la Emilia Romaña, la más afectada en esa jornada en el que las lluvias torrenciales provocaron graves inundaciones y corrimientos de tierra. Más de 50.000 personas sufrieron esa alerta meteorológica que se alargó durante días y, aunque se había puesto previo aviso a lo dura que podría llegar a ser, la tempestad superó con creces los niveles que se podían esperar en esta emergencia. Mientras se esperaban unos 100mm de lluvia en las zonas con más riesgo, ese miércoles a mediodía las precipitaciones al sur de Ímola alcanzaron los 250mm en las 36 horas previas.
Y eso provocó una alarma en el crecimiento de los ríos, que siguieron aumentando su caudal de manera considerable según avanzaba la jornada de martes, con alerta roja activada en toda la zona. Y llegó lo inevitable: el río Santerno, que pasa cerca del circuito de Ímola, se desbordó. Las autoridades avisaron de los riesgos y, en esa misma jornada, ante el avance de las lluvias torrenciales, el paddock se desalojó al completo por motivos de seguridad y paralizó toda preparación del GP de la Emilia Romaña de la Fórmula 1, que se tenía que celebrar ese mismo fin de semana. Y eso que lo peor estaba por venir.
La madrugada del 17 de mayo fue realmente aterradora. Las precipitaciones siguieron y las carreteras que daban acceso al circuito se quedaron sumergidas. Mientras el martes solo los las zonas de F2 y F3 estaban inundadas, al día siguiente por la mañana el agua ya llevaba al paddock de la categoría reina. El gran premio pendía de un hilo (el personal no podía acceder al trazado para seguir con los preparativos) y todas las alarmas se encendieron dada la gravedad de la situación, que ya dejaba más de una decena de fallecidos. Por eso, la decisión no se retrasó mucho más.
Horas después, y aunque la previsión mejoraba de cara al fin de semana, el promotor del Mundial y las autoridades locales confirmaron lo que se esperaba: el gran premio quedaba cancelado como medida de seguridad para todos los trabajadores y aficionados, pero también como apoyo a todas las personas que se habían visto afectadas por esta alerta meteorológica, volcándose también con los servicios de emergencia, que se veían desbordados por la gravísima situación que vivía la región y en la que miles de personas tuvieron que ser evacuadas o atendidas. “Es lo correcto y responsable dada la situación a la que se enfrentan las ciudades de la región“, indicaba el comunicado que se emitió con la decisión, después de conocer que 24 municipios se veían afectados y que todos los ríos de la zona estaban desbordados.
Y aunque en un primer momento se dejó en el aire la celebración de la prueba en un futuro, el calendario tan apretado de la Fórmula 1 acabó provocando, semanas más tarde, su cancelación al completo. La cita no se celebró ese año, de hecho, el Mundial no volvió a Ímola hasta 2024. Aunque, para ayudar a la comunidad y los daños tan grandes que hubo en ciudades, carreteras y edificios, la F1 y Ferrari donaron un millón de euros cada uno para ayudar en labores de recuperación. Tampoco fueron los únicos: pilotos y equipos subastaron artículos para recaudar más dinero y ayudar a la causa.
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