Alonso roza lo imposible
El asturiano brilla en un asfalto desconocido y saldrá cuarto en Qatar con un Aston Martin más que discreto. Pole de Verstappen y eliminación en Q2 de Sainz (12º).
No es un espejismo porque fue real. Alonso regaló la enésima masterclass sobre cómo volar en un circuito desconocido (y con el coche inapropiado). Su Q1 fue impecable, desde que salió al extraño asfalto de Qatar rodó con los mejores. Pintó los microparciales de morado, forzó todos los contravolantes posibles. Llevó el coche al límite desde que salió de boxes, que es lo que se le exige a un piloto, pero la F1 moderna premia la mejora antes que la genialidad, así que vuelta tras vuelta, con experiencia (y telemétricas) detrás, el punto fuerte del español se evaporó progresivamente en la ventolera de Losail. Los demás se acercaron, varios le superaron. El cuarto final en la parrilla por detrás de Verstappen y los Mercedes no convencerá del todo a los escépticos que esperan un podio cada fin de semana, pero los entendidos sí reconocerán una de las actuaciones más soberbias de Fernando esta temporada: regresa a la segunda fila con el peor AMR23 de 2023 y en un circuito desfavorable. La décima y media que le separó de Russell no estaba por ninguna parte a juzgar por las cámaras ‘on board’. Y todo con su compañero eliminado en la Q1, a más de un segundo.
La pole fue cómoda para Verstappen con casi medio segundo sobre Russell y Hamilton. Le sobró al neerlandés el último intento, celebró el resultado ya fuera del coche. Faltó McLaren no por ausencia de prestaciones, sino por errores individuales de sus pilotos en la Q3. Tanto Norris como Piastri vieron cómo les eliminaban los intentos decisivos por excederse con los límites de la pista, cuando el MCL60 era una verdadera bestia en Losail. Posiblemente el único coche capaz de pelear con Red Bull en un cara a cara. Pero, ironías del destino, dos pilotos clasificadores fallaron en su especialidad cuando tenían en sus manos las mejores herramientas disponibles. Alonso, al contrario, logró la mejor posición en parrilla desde Canadá, allá por junio y bajo un tormentón. Entre los mantras erróneos del paddock, alguna vez se ha llegado a escuchar que el sábado de Fernando no es tan potente como el domingo. Si las clasificaciones fueran a una vuelta, como antaño, como tantas veces ha pedido el asturiano, las estadísticas destaparían algunas vergüenzas.
Ahora se presenta otra clase de fin de semana en un trazado a priori desfavorable. Con tanta curva rápida, McLaren y Mercedes se deberían merendar al Aston Martin en ritmo de carrera, pero Alonso no ha desaprovechado una mala posición de parrilla esta temporada. En Zandvoort salió quinto y acabó segundo, llegó a luchar por la victoria. En Qatar se puede jugar con la estrategia porque el desgaste de los neumáticos será importante (los virajes recuerdan a Silverstone), la temperatura de la pista es elevada y es difícil adelantar. Las dos paradas son recomendables pero no obligatorias. A fin de cuentas, Alonso se inventa opciones de lograr un buen resultado en Losail con un coche estancado en cuanto a mejoras desde mayo. Que nadie se lleve a engaño, no ha mejorado de golpe en diez días. Basta con buscar al otro AMR23: Stroll sale 17º.
Eliminación temprana de Sainz
Lástima por Sainz, que no estuvo ahí. Quedó eliminado en una Q2 complicada y saldrá 12º en la carrera del domingo. Hubo errores con un Ferrari que sufre más que la competencia en días de viento como este viernes de Losail. Le obligará a plantear una carrera diferente, una estrategia ofensiva para recuperar posiciones con poco que perder. Aunque eso será el domingo, antes viene un esprint (y otra clasificación a primera hora de la tarde, con un sol de justicia en Qatar y máximas de 40ºC) repleto de incertidumbre en un fin de semana que por ahora no está cumpliendo con las previsiones, ya sea por la meteorología, el asfaltado o el viento del Golfo. Si acaso, una certeza para el sábado: Verstappen ganará el Mundial.