Álex Palou y el camino más largo hacia la Fórmula 1
El barcelonés, de la generación de Leclerc o Verstappen, destacó en Japón y Norteamérica antes de tener una oportunidad en el ‘Gran Circo’.
Posiblemente, Álex Palou (Barcelona, 25 años) es el mejor piloto español de monoplazas entre todos los que no han competido oficialmente en la Fórmula 1. Pertenece a la generación de 1997, como Verstappen o Leclerc, aunque su carrera deportiva le haya llevado en otra dirección (y por otros continentes) antes de tener la oportunidad real de subirse a un monoplaza de la máxima categoría. Después de completar dos semanas de test en Barcelona y Austria con el MCL35M, del curso pasado, McLaren confirmó que Palou pilotará el coche de Ricciardo este viernes en los entrenamientos libres del GP de Estados Unidos, en el circuito de Las Américas.
Se convertirá así en el 21º piloto español que participa en un gran premio de Fórmula 1. Sucederá a Alonso (352 participaciones), Sainz (158), De la Rosa (105), Alguersuari (46), Gené (36), Pérez-Sala (26), Campos (17), Merhi (13), Godia-Sales (13), Soler-Roig (6), De Portago (5), De Villota (2), Creus (1) y otros siete no clasificados o terceros pilotos, como Juncadella o Clos.
Entre las figuras fundamentales detrás de la progresión de Palou se encuentra Adrián Campos. El expiloto valenciano, fallecido en 2021, le dio la oportunidad de subir a monoplazas en 2014, tras despuntar en el kárting, y le permitió competir en F3 española y más tarde GP3 (2015 y 2016). Los resultados fueron relativamente discretos en esas primeras temporadas de competición internacional. En 2017 se marchó a Japón y sí despuntó en la F3 nipona con tres victorias, tercero en la general (siguiendo la estela de De la Rosa, que ganó aquel campeonato en 1995). De ahí a varias apariciones estelares como sustituto en la Fórmula 3.5 (antiguas World Series, venció una carrera e hizo tres poles con el equipo de Teo Martín) y la Fórmula 2, con una pole para la carrera corta en su primera aparición, de nuevo con Campos.
En 2018 regresó a Japón para competir en la Súper Fórmula, uno de los certámenes de automovilismo más competitivos al margen de la F1. Allí, Palou se curtió en el equipo de Satoru Nakajima: acabó tercero, ganó una carrera y luchó por el título hasta la última. Entonces se afianzó una relación con Honda que le llevaría meses después a debutar en la IndyCar, el segundo campeonato norteamericano en repercusión, detrás de la NASCAR; y también el segundo más relevante del mundo para los monoplazas, solo detrás de la F1.
Éxito en la IndyCar
Tras un curso de adaptación, fichó por Chip Ganassi en 2021, equipo puntero, y venció el título con tres victorias y ocho podios. Además fue segundo agónico en las 500 Millas de Indianápolis pegado a Helio Castroneves. Defendió la corona en 2022, terminó quinto con un triunfo en la última prueba del campeonato. Fue un curso difícil, en verano había anunciado que fichaba por McLaren cuando su escudería aseguraba al mismo tiempo que le habían renovado. El embrollo contractual se resolvió con decisión salomónica: Palou continuaría en Chip Ganassi como piloto de la IndyCar, pero podría participar con McLaren en test privados y Fórmula 1.
De ahí a los entrenamientos de Austin. Por reglamento, todos los equipos tienen que ceder dos prácticas libres a pilotos no titulares. Los de Woking pensaron en Colton Herta, Pato O’Ward y Álex Palou, con premio final para los dos últimos. No es un secreto que a la firma británica le conviene tener un buen suplente en la recámara, un ‘plan C’ para su jovencísima alineación en 2023 (Norris y Piastri), si bien los asientos titulares están cubiertos a medio plazo. Quien afirme que Palou está cerca de ganarse un volante en la parrilla del Gran Circo sería exageradamente optimista, su carrera deportiva hoy pasa por la IndyCar. Pero pocos pilotos se subieron a un F1 con mejor currículum fuera, con un título de peso a los 25 años. Y el próximo paso, sea el que sea, está en sus manos.