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MOTOGP

Preocupación en Yamaha

La M1 se estanca frente a sus rivales. Quartararo completó la carrera en Qatar en el mismo tiempo que le dio el triunfo en 2021 y solo pudo ser noveno.

Quartararo antes de salir a la carrera de MotoGP en Qatar.
Twitter Yamaha MotoGP

Yamaha tenía mucho que defender en el nuevo curso. Después de seis temporadas, la fábrica japonesa volvía a conquistar MotoGP junto a una M1 con la que salían bien las cosas… aunque solo en el garaje de Quartararo. La que hasta ahora había sido la moto más dócil de la parrilla, pasaba a tener dificultades con el resto de sus pilotos para ser competitiva. Lastraba principalmente la falta de potencia, algo que nunca ha sido uno de los aspectos más sobresalientes en la creación de la casa de los diapasones, y que además se potenció durante un 2020 en el que manipularon los motores para intentar encontrar algo que siguen sin hallar.

La velocidad punta también fue el principal talón de Aquiles para el vigente campeón hace tan solo un año. Durante el curso llegaron a probar un nuevo escape para intentar fortalecer ese apartado, pero no dio buen resultado y todas las peticiones a la fábrica japonesa por parte de Quartararo seguían apuntando hacia el mismo lugar. El francés sabía que tenían por delante un largo invierno para tratar de minimizar diferencias, pero Yamaha se ha estancado en un prototipo que sigue teniendo un déficit de aproximadamente 10 km/h con respecto a las otras marcas que además, ya no se plantea como el único punto débil en un curso con grandes evoluciones en el resto de equipos.

Mientras que Suzuki, Honda y Aprilia han dado un importante paso hacia delante, la M1 de 2022 apenas difiere de lo que Yamaha puso sobre el asfalto para pelear por el título hace tan solo un año. Más allá de el orden que indica la tabla, los números sirven para corroborarlo: en 2021, Quartararo visitó el escalón más alto del podio de Losail gracias a una victoria que fraguó en 42’23.997 mientras que el pasado domingo en Qatar, solo rebajó esa marca en 256 milésimas para ser noveno. La evolución de la casa de los diapasones se queda corta y el resultado inaugural del francés, augura poco optimismo en una categoría donde las diferencias se han comprimido al máximo para que decidan los pequeños detalles.

Falta de confianza

"Por supuesto que estoy preocupado, sabiendo que el año pasado Yamaha ganó ambas carreras y ahora terminamos básicamente detrás" dijo Quartararo tras ver la bandera a cuadros en un fin de semana que, contra todo pronóstico pues siempre resolvía bien las poles, comenzó a truncarse desde el sábado: "Comenzamos en la cuarta fila tras pasar por la Q1, por lo que no puedo tener mucha confianza". Especialmente después de comprobar que los neumáticos también siguen siendo un problema a resolver en la M1: "Desde la segunda vuelta tuve la presión muy alta. Mi neumático delantero era un desastre, la presión era demasiado alta y necesitamos entender por qué".

El campeón necesita explicaciones. "Yo no soy ingeniero", dice, para saber qué está fallando en una montura que ni siquiera es capaz de recuperar en el paso por curva. Y mientras que Quartararo espera una reacción por parte de la fábrica, él continuará "dando lo mejor sea cual sea la posición". Si también lo hará en el futuro es algo que está por ver. "Mi prioridad es ganar", reconoce el francés, y si Yamaha no le ofrece una máquina competitiva habrá que buscarla: "Mi prioridad es asegurarme de tener la mejor moto, así que eso para el futuro es lo más importante".