MOTOGP
El motor y el chasis de la Ducati aún esconden secretos ocultos
"La fantasía italiana es extraordinaria, en particular la de Ducati", afirma un Gigi Dall’Igna que espera algunos años de dificultades económicas por el coronavirus.
110 personas. Este es el número de personas que conforman Ducati Corse, el departamento de carreras que fabrica, desarrolla y perfecciona en la fábrica de Borgo Panigale la Ducati Desmosedici que pilotan cada año Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci en el Mundial de MotoGP. Más de un centenar de trabajadores, donde tan sólo uno no tiene el pasaporte italiano, cuya cabeza visible es uno de los ingenieros más célebres de la clase reina: Gigi Dall’Igna.
El 'gurú' de MotoGP, como muchos integrantes del paddock de la máxima categoría del motociclismo apodan a este técnico nacido en Thiene, se encuentra confinado desde el 9 de marzo en su residencia de Veneto, cerca de Vicenza, por la crisis del coronavirus, lugar desde donde se comunica de manera telemática con sus empleados para seguir trabajando en mejorar la GP20 de cara al domingo 21 de junio, fecha en la que debería comenzar el campeonato en el circuito de Sachsenring.
"Estamos en un momento muy complicado. Tendremos que usar nuestras cabezas para encontrar soluciones razonables, para comprender cuántas carreras se pueden organizar sin dejar a pilotos, equipos y técnicos colgados. No es razonable hacer demasiadas carreras al final del año, hay que encontrar el equilibrio adecuado", comienza Dall’Igna su intervención en 'Moto.it' antes de asegurar que una vez se vuelva a la normalidad se deberán tomar decisiones importantes para reducir los costes: "Será necesario razonar desde un punto de vista económico. Nuestro sector será uno de los que más sufrirá esta crisis, porque es en este período cuando se venden las motocicletas. Cuando volvamos a la normalidad, la mayor parte del mercado se habrá perdido. Por lo tanto, tendremos que reducir el impacto económico de los fabricantes y equipos en el campeonato. Debemos esperar algunos años de dificultades, establecer políticas para reducir costes, encontrar la fórmula correcta".
Mientras llega este lapso y en un tono más desfendadado, Gigi Dall’Igna ha señalado las siete grandes soluciones técnicas que, a su juicio, han marcado un antes y un después en los últimos 30 años en el Mundial (los cinco cilindros de Honda, la electrónica, el sistema de cambio 'Seamless', el cable del acelerador electrónico 'Ryde by wire', el motor con eje giratorio, los carenados y el holeshot), para, a continuación, destacar el talento de los técnicos de la región de Emilia-Romagna y dejar un enigmático mensaje a la competencia: "La llegada de MotoGP en 2002 ha traído más imaginación técnica, también porque los neumáticos se han desarrollado para mejorar el rendimiento y esto ha permitido a los ingenieros encontrar nuevas soluciones. Estas son las soluciones más conocidas y más visibles. Pero, bajo el carenado de la Desmosedici, hay muchas otras a nivel de motor y chasis que no puedo revelar. La fantasía italiana es extraordinaria, en particular la de Ducati".