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MOTOGP

La nueva estrategia de Márquez

El ilerdense estudia a sus rivales en carrera para atacarles en la última vuelta. Quartararo ha sido quien más duelos ha perdido con el de Honda.

Márquez rueda tras Maverick en el GP de Australia.
GIGI SOLDANO

Tuvo que entender cómo perder era otra forma de ganar y, una vez aprendió la lección, continuó buscando alternativas para poder renunciar a la primera parte del trato. Marc Márquez nunca se conformó con ser segundo y en una temporada donde ha alcanzado su mejor versión junto a la Honda, así lo dicen los números, también ha encontrado una nueva estrategia que le ha dado el triunfo de forma consecutiva en las últimas cinco carreras disputadas. ¿De qué se trata? De estudiar a su rival pilotando al límite, para que luego lo hagan los demás sin margen de reacción.

Márquez ha aprendido a competir en equilibrio sobre una fina línea que se divide entre el todo y el nada. La paciencia que nunca ha tenido para atacar con una victoria en juego, ahora ha llegado junto a un talento y una madurez que le hacen imbatible, sobre todo en la última vuelta. Los kilómetros finales de un gran premio han sacado la versión más competitiva y resolutiva de un piloto que, antes de machacar a sus rivales, ha tenido que aprender estando en el lado opuesto.

Fue en Spielberg cuando Márquez intentó por primera vez ganar el pulso en la última vuelta, entonces con Dovizioso como protagonista. En esa ocasión triunfó el piloto de Ducati y tan sólo un gran premio después, en Silverstone, lo hizo Rins junto a la Suzuki para despertar a una fiera que, salvo su victoria triunfal en MotorLand, comenzó a ganar esos duelos sobre la bocina en los que ya ha encontrado a su víctima favorita: Fabio Quartararo.

El francés pecó de novato en Misano y fue el primero que cayó esta temporada frente a un Márquez que volvió a servirse de él en Tailandia y Japón, para continuar fomentando su nueva versión. Esa que conoció Maverick en Australia. "Me iba midiendo en las últimas vueltas, porque estaba intentando entender cómo pasarle", reconocía el ilerdense tras una carrera que afrontó con "una diferencia muy grande" respecto al de Yamaha por el ritmo que este demostró sobre la M1. Pero aun así, como de costumbre, Marc no renunció a nada.

Después de aguantar durante casi 27 vueltas a la sombra, el estudio que realizó sobre el piloto de Roses tenía una estrategia hecha trazada: "Mi intención era pasarlo en la recta, el único sitio en el que era más rápido que él". También había Plan B: "Tras la última curva lo podía pasar antes de la línea de meta". Sin embargo, un piloto que se ha distinguido del resto por su ambición a la hora de arriesgar, arriesgó y se la jugó en un punto diferente que tuvo como resultado la caída… de Maverick. La presión del campeón le pasó factura. El de Yamaha "iba a por la victoria", no le servía "un segundo puesto" y a Marc, tampoco. A la vista está.