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F1 I GP DE JAPÓN

Mercedes: rentabilidad o adiós al mejor equipo de la historia

El nuevo CEO de Daimler, Kallenius, no tiene al equipo de F1 entre sus prioridades estratégicas. Un buen balance, indispensable para seguir, y McLaren tiene algo que ver.

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SUZUKA, JAPAN - OCTOBER 13: Valtteri Bottas driving the (77) Mercedes AMG Petronas F1 Team Mercedes W10 on track during the F1 Grand Prix of Japan at Suzuka Circuit on October 13, 2019 in Suzuka, Japan. (Photo by Mark Thompson/Getty Images)
Mark ThompsonGetty Images

Sólo con perspectiva se podrá describir a Mercedes como el mejor equipo de la historia de la F1, pero es el que haya mantenido una racha más dominante. En Suzuka sentenció su sexto Mundial de constructores consecutivo (2014-2019) y sólo Ferrari ganó seis títulos seguidos (1999-2004), pero en su caso perdieron un Mundial de pilotos frente a Hakkinen (McLaren, 1999), mientras que la firma de la estrella se los ha llevado todos desde que el ‘Gran Circo’ es híbrido: cuatro para Hamilton, que en tras el periplo americano serán cinco, y uno para Rosberg.

Su superioridad en aquellos primeros años se basó en la unidad de potencia, la que mejor encontró el umbral entre prestaciones y fiabilidad, pero hoy en día la ventaja de la escudería de Brackley se fundamenta también en el chasis, las operaciones de carrera y el nivel de sus pilotos. Lewis es un campeón de época que puede llegar a ser ser el más grande de todos los tiempos y Bottas, un escudero digno (su actuación en Suzuka le respalda) que aspira al subcampeonato. Frente a ellos, un Ferrari de todo o nada y un Red Bull abrazado a Verstappen y pendiente de Honda. Más allá, la zona media ni siquiera se divisa desde el pedestal.

A pesar de eso, de su boyante palmarés, la continuidad de Mercedes en la F1 como equipo oficial no puede darse por garantizada a partir de 2021, al menos por ahora. Daimler, la matriz, ha cambiado de directivos y, por tanto, de dirección. Dieter Zetsche, enamorado de las carreras y habitual del ‘paddock’ hasta su jubilación este año, da paso como CEO a Ola Kallenius. El sueco, de 50 años, tuvo cargo en McLaren hasta 2005 en el equipo de operaciones y dirigió hace una década la división de propulsores de competición de Mercedes en Brixworth o su filial de coches de altas prestaciones, AMG, pero hoy los motores de combustión no están entre sus prioridades: Mercedes quiere tener diez modelos cien por cien eléctricos para 2022.

Esta temporada debutan en Fórmula E y ya han dicho adiós a su campeonato más querido, el DTM. Ahora, ¿en qué posición queda su programa de F1? De momento, lo primero que se le exige es rentabilidad y autosuficiencia. Su presupuesto actual ronda los 400 millones al año, pero la aportación del fabricante en materia de márketing y publicidad es fundamental. Si cuesta menos de lo que ingresa, su continuidad será factible. Según fuentes del ‘paddock’ cercanas a la escudería, ese es el mensaje que se trasladó al grupo de Toto Wolff, director de competición de la marca, que rápidamente respondió con hechos: vender motores a McLaren desde 2021 ingresando cerca de 25 millones de euros más por temporada. Para Woking fue un respaldo, para Mercedes es un gesto hacia el panel de directivos.

La división de motores tiene su futuro asegurado hasta 2025 y como no habrá cambios en la reglamentación de las unidades de potencia, la partida de investigación y desarrollo será más bien limitada mientras se suministran ejemplares a cuatro escuderías, contando el equipo oficial. En cuanto a este, con sede en Brackley, Wolff intentó evitar rumores al anunciarse su alianza con McLaren. "Nos gusta ser un equipo oficial, queremos que siga siendo así", dijo entonces. Pero es evidente que la firma británica puede servir de buque insignia de Mercedes, como en el pasado, en caso de que haya otro cambio de rumbo en los próximos años. Por ahora, los campeones tienen margen de maniobra, pero sólo la autonomía económica garantiza su continuidad en F1.