¿Quién manda en Ferrari?

Pocas cosas son casuales en la Fórmula 1. No fue coincidencia que el español Iñaki Rueda, responsable de estrategia de Ferrari, recogiese el trofeo de constructores en el podio de Singapur: sus decisiones habían sido un éxito para la escudería (también subió en Australia 2017, cuando un ‘virtual safety car’ cogió desprevenido a Mercedes), se había logrado un doblete.

Aunque fuese difícil de explicar a Charles Leclerc, que se vio perjudicado por el orden de paradas, la realidad es que Vettel tenía bastante claro que su carrera "revivía" en ese lapso de dos vueltas: la anterior a la parada y la inmediatamente posterior. Y recortó 3,9 segundos a su compañero de equipo, algo que no entraba en ninguna simulación y que pone en valor su pilotaje: fue al límite, sabía que había premio. Al monegasco le cogió desprevenido.

Se mentalizó ‘Seb’ para lanzarse a por todas las oportunidades disponibles en Singapur, su circuito favorito y donde ahora suma cinco victorias, más que en ningún otro evento. De hecho, tuvo un encuentro curioso en la parrilla, detrás de su SF90, con alguien que bien podría hablar de órdenes de equipo y pilotos prioritarios: Mark Webber. Se dieron un abrazo, el australiano le habló con seriedad y le dio mensajes de ánimo, "hoy es el día". Sabían que Ferrari podía jugar al despiste con Leclerc para lograr un doblete, lo que no se esperaba es que el segundo piloto adelantase al primero. Un ‘Multi-21’ bien ejecutado, no como aquel de Malasia que tanto enfadó a Mark.

Puso fin a una racha de más de 390 días sin ganar una carrera, la última era Spa 2018, y dio la tercera consecutiva a Ferrari, y hay que remontarse muchos años para encontrar a un coche de Maranello manteniendo tres fines de semana tan provechosos en la Fórmula 1. Entre Malasia y Turquía 2008, cuatro victorias seguidas para la Scuderia con Raikkonen y Massa al volante.