FÓRMULA 1
La F1 baja a la tierra ante miles de aficionados en Melbourne
Presentación por todo lo alto ante miles de personas en Federation Square, el centro de Melbourne.
No es fácil sacar al ‘Gran Circo’ de la carpa y compaginar un despliegue logístico en el paddock de un circuito con otro en el centro de una gran ciudad. Pero los tiempos cambian, la Fórmula 1 quiere eliminar progresivamente las incontables barreras que ha habido históricamente entre monoplazas y aficionados y este lunes presentó la temporada 2019 con un gran evento en Federation Square, la plaza neurálgica de Melbourne, a pocos kilómetros del trazado de Albert Park. Y por primera vez allí estaban todos, los 20 pilotos de la parrilla (Hamilton se ausentó en la exhibición de Londres 2017) y los diez jefes de equipo representando a las escuderías.
Sólo faltaron los coches, porque los protagonistas llegaron en barco para comparecer en un escenario frente a la hinchada en un evento que se retransmitió a través de los canales de redes sociales del Mundial. Por parte del público, aplausos moderados para Mercedes, Ferrari, McLaren, Verstappen o Raikkonen y más desatados ante el ídolo local, Daniel Ricciardo. Salieron primero por equipos, después todos juntos, con ‘selfie’ final y confeti rojo, un tanto ferrarista. Muchos aplausos y algún leve abucheo para el campeón, Hamilton, que fue el único que no firmó en el muro de los autógrafos.
Sin motores en marcha, el ruido lo puso la gente. Entre los miles de fans había un buen porcentaje de gente joven, el principal objetivo de Liberty Media. Según sus datos, la F1 tuvo 490,2 millones de espectadores por televisión en todo el mundo a lo largo de 2018; 18,5 millones de seguidores en redes sociales y cuatro millones de espectadores que acudieron a los circuitos (por los 2,8 de MotoGP). Pero el espectáculo en la pista no siempre corresponde: se cumplen 101 grandes premios de la era híbrida iniciada en 2015 y el mismo piloto, Hamilton, ganó más de la mitad (51) con un Mercedes. En 2019 se simplifican las aerodinámicas para aumentar el número de adelantamientos y para ayudar al espectáculo, como este gran evento de Melbourne, aunque recuerda Carlos Sainz que en el asfalto están, a pesar de todo, los mejores coches de la historia. “La F1 es espectacular, ver rodar a un coche en 1:16.2 en Barcelona con chicane, cuando hace 15 años los coches más rápidos de la historia hacían 1:14 y 1:15 sin chicane demuestra el nivel actual de tecnología, potencia y carga aerodinámica con un coche 150 kilos más pesado que los de entonces. Debemos poner eso en valor, es algo positivo, estos volverán a ser los coches más rápidos de la historia”, afirma el madrileño de McLaren, único español en la parrilla de este curso. Y conviene recordarlo: detrás de esa nube de datos, registros, telemetrías, ingenieros o neumáticos, por fin arrancan los monoplazas más rápidos del planeta. El mayor espectáculo del mundo sobre cuatro ruedas está a punto de levantar el telón.