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F1 | GP DE AUSTRIA

Vettel y Hamilton: estalló la paz a medias en el Red Bull Ring

El alemán no reconoció del todo que dio a Lewis a propósito y el inglés no se arrepiente de lo dicho después de Bakú.

Austria
Vettel, Magnussen y Hamilton.
ANDREJ ISAKOVIC

Afeitado completo, como cuando ganaba todo con un coche azul, carita de niño bueno y la mejor actitud de la que fue capaz. Monaguillo de pueblo de los que luego tiran piedras a los gatos. Sebastian Vettel lo intentó y apenas pudo. “No sé de dónde eres, pero en todos los sitios para llamar a alguien necesitas su teléfono, a lo mejor es que tú le dices algo al teléfono y hablas con quien quieres”, respondió a un periodista que le preguntaba sobre si ya tenía el móvil de Hamilton.

Aún más interesante fue cuando alguien le instó a que reconociera de verdad que había chocado a propósito contra su rival. No lo hizo. “Es muy simple, me sorprendí, tenía la impresión de que estaba jugando conmigo, así que me puse a su lado y reaccioné por encima de lo necesario: creo que todo el mundo vio lo que ocurrió, no creo que tenga que explicar mucho más”, dijo el tetracampeón. “Se lo dije a él, que no quería hacerle daño, la intención no era esa o hacer daño a su coche, íbamos muy lento, pero es algo que no se debe hacer porque es peligroso y no se debe hacer” fue lo más cerca que estuvo el alemán del sincero arrepentimiento.

Mientras Hamilton contó que habían hablado al lunes siguiente de Bakú, pero que entonces Vettel no se disculpó, lo hizo después con un mensaje. Glup. El inglés también hizo unas declaraciones, ya saben eso de que si eres hombre te espero fuera y tal… No se arrepiente. “No, no estaba muy disgustado, quizá lo estuviera por otras razones, no siento que dijera nada de lo que deba arrepentirme. Sigo teniendo la misma opinión de lo que pasó, pero ya es agua pasada. No hay sentido en hablar más de esto”, dijo. Todo después de que pusieran a Magnussen entre los dos. Por si acaso estallaba la paz…