Incógnita. Misterio, causa oculta de algo. Esta es la sensación que tiene Michelin cada vez que aterriza en Alemania. Porque tras los problemas sufridos la temporada pasada debido a las bajas temperaturas, este año la marca francesa deberá hacer frente al reasfaltado que se ha llevado a cabo en el trazado alemán desde el pasado invierno.
Unas mejoras que han incluido también drenajes y pianos nuevos, una restauración de las instalaciones y un cambio de peralte en la curva 11 que han impedido que Michelin realizar un test antes del Gran Premio de Alemania para analizar como afectan estos cambios a los neumáticos.
Para solventar este contratiempo, además de durar diez minutos más la primera y segunda sesión de entrenamientos libres, los pilotos dispondrán de un cuarto neumático medio delantero y duro trasero de construcción asimétrica con el lado izquierdo más duro que el de derecho, debido a las diez curvas a izquierdas y tres a derechas que componen Sachsenring.
"No hemos realizado pruebas en Sachsenring. Hemos intentado todo para tener una prueba, pero al final no fue posible debido a las regulaciones de ruido. Estamos de acuerdo con Dorna que podríamos tener en esta carrera una mayor gama de neumáticos. Por lo general, cuando se asfalta una pista, el nivel de adherencia es mayor. Por lo tanto, la temperatura del neumático debería ser superior. Esto no debería afectar al desgaste, pero es una conjetura", afirma Nicolas Goubert sobre la decisión tomada por Michelin para esta prueba.
Cabe recordar que Michelin siempre lleva a las carreras un neumático de seguridad extra-duro que en caso de seguridad, puede obligar a los equipos a su utilización.