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FÓRMULA 1 I GP DE CANADÁ

McLaren Honda en Canadá: graves problemas de fiabilidad

Fugas hidráulicas, averías en el motor de combustión, MGU-H, turbo... El equipo anglo-nipón acumula seis motores rotos en Montreal
Test de F1 2018 en Barcelona en directo

Mechanics work on the car of McLaren's Spanish driver Fernando Alonso during the first practice session at the Circuit de Catalunya on May 12, 2017 in Montmelo on the outskirts of Barcelona ahead of the Spanish Formula One Grand Prix. / AFP PHOTO / Tom GANDOLFINI
TOM GANDOLFINIAFP

"Con su necesidad de potencia, curvas con frenadas y aceleraciones, superficie áspera y largas rectas, será otro fin de semana exigente para nosotros sin duda". Con estas palabras, Yusuke Hasegawa parece querer ponerse la venda antes de la herida que puede suponer para McLaren Honda el GP de Canadá.

Porque desde el regreso del binomio anglo-nipón a la Fórmula 1, el trazado de Montreal ha supuesto un camino de piedras y baches para Fernando Alonso y Jenson Button. Una hoja de ruta donde siempre ha existido un elemento común: Honda siempre presentaba un nuevo motor mejorado.

2015: Dos tokens para mejorar la fiabilidad

En 2015, Honda gastó dos de los nueve tokens que disponían para esa temporada para mejorar la fiabilidad de su unidad de potencia. "Hay algunas piezas nuevas, pero creo que están destinadas más a mejorar la fiabilidad que las prestaciones", declaró el piloto español sobre estas evoluciones.

Pero desde la primera sesión de entrenamientos libres, los contratiempos comenzaron a surgir en el box de McLaren Honda. Jenson Button no pudo rodar durante 30 minutos por un problema en la caja de cambios (no podía pasar de segunda marcha) y Fernando Alonso regresaba antes de tiempo al garaje tras reportar una pérdida de potencia.

Tras lograr solventar estas dificultades, la tercera sesión de entrenamientos libres supuso un duro revés para el ánimo de la escudería. El asturiano apenas pudo completar tres vueltas tras detectar los ingenieros japoneses un defecto en su motor de combustión que requirió de su cambio. Y el británico rompía también su motor de combustión cuando enfilaba el camino de regreso al pit lane. Un percance que le impidió más tarde participar en la clasificación.

El domingo, la suerte tampoco sonrió a Fernando Alonso y Jenson Button. Tras tener que reemplazar el inglés antes de empezar el gran premio su MGU-H y turbo por el problema electrónico del sábado, ambos pilotos se vieron obligados a retirar sus monoplazas antes del final de la prueba en las vueltas 44 y 54 por un problema en los escapes.

2016: Nuevo turbo para disponer de mayor potencia

Un año más tarde, de nuevo Honda volvió a gastar dos tokens en un nuevo turbo para intentar conseguir que la MGU-H y MGU-K funcionasen mejor, liberasen más energía y disponer de esta manera de mayor potencia.

Y como si de una vieja pesadilla se tratase, los problemas se volvieron a manifestar en la primera sesión de entrenamientos libres. Un exceso de presión en los propulsores nipones provocó que Fernando Alonso y Jenson Button apenas pudieran salir a la pista y ocasionó que Button tuviese que cambiar toda su unidad de potencia.

Sin embargo, la mejora en la fiabilidad que a lo largo de la temporada demostró Honda con respecto al 2015, permitió a Alonso y Button completar sin más contratiempos el resto de entrenamientos hasta la carrera, donde el británico aparcó su MP4-31 más allá del asfalto canadiense tras romper su motor de combustión en la vuelta 11.

2017: Button y Vandoorne han recibido ya las primeras sanciones

Pero regresemos al presente. El estado del MCL32 no invita demasiado al optimismo en Montreal. Jenson Button, con el coche Fernando Alonso, y Stoffel Vandoorne ya han recibido las primeras penalizaciones por utilizar más elementos del motor de los permitidos por reglamento. Y el propulsor nipón se ha caracterizado hasta la fecha por estar carente de fiabilidad y potencia. 

Aunque esta vez para consuelo de Alonso y Vandoorne, todo parece indicar que Honda no va a estrenar una unidad de potencia mejorada. Quién sabe. A lo mejor todo reside en una cuestión de superstición, algo muy arraigado en la cultura e historia de Japón.