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El mejor año de nuestras vidas

Los títulos de Márquez en MotoGP, de Pol Espargaró en Moto2 y de Maverick Viñales en Moto3 fueron el remate a un año perfecto para el motociclismo español.

El mejor año de nuestras vidas
HEINO KALISREUTERS

No es la primera vez que el motociclismo español celebra la consecución de tres títulos en una misma temporada. En los lejanos años 80 ya ocurrió dos veces de manera consecutiva: en 1988 con el bicampeón Aspar (80cc y 125cc) y Pons (250cc) y en 1989, gracias a Herrero (80cc), Crivillé (125cc) y Pons (250cc). Sin embargo, entonces había cuatro categorías en juego, no tres como sucede desde 1990. Fue en 2010 cuando Lorenzo (MotoGP), Elías (Moto2) y Márquez (125cc) firmaron el primer triplete de la era moderna. Lo que entonces era un sueño y parecía irrepetible, se ha repetido este curso 2012+1, que diría el maestro Nieto, y con más poderío si cabe que hace tres temporadas. Además de cantar el alirón con Márquez (MotoGP), Pol (Moto2) y Maverick (Moto3), la tropa española, con los campeones y otra amplia nómina de ganadores que va desde Lorenzo a Pedrosa en MotoGP, Rabat, Terol y Torres en Moto2, y Rins, Salom y Álex Márquez en Moto3, ha batido el récord de todos los récords en cuanto a victorias en un mismo año se refiere: 47 de las 52 que hubo en juego, es decir, que el 90,3 por ciento de las carreras disputadas este año han tenido sello español. Una cosecha irrepetible que, además, también ha venido acompañada por otro récord absoluto de podios: 113 de los 156 que ha habido en juego, es decir, el 72,4 por ciento de los podios disputados en los 18 grandes premios de la temporada.

Los números dejan bien a las claras que nadie da tantas alegrías como los moteros españoles a su afición. Y más allá de los números, quedan las sensaciones, algunas de ellas imborrables, como presenciar la aparición de un novato de 20 años en MotoGP capaz de convertirse en el campeón más joven de la historia de la clase reina. Marc Márquez, o lo que es lo mismo pequeño genio, pelotas grandes. El ejemplo de casta, superación y fe inquebrantable del hombre que estaba llamado a ser campeón de Moto2 antes incluso de que arrancara el campeonato. Es Pol Espargaró o Polyccio, otro llamado a dar espectáculo del bueno en Moto GP a partir de la próxima temporada.

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Y el temporadón en Moto3, con un rey proclamado legítimamente, y otros dos que perfectamente pudieron reinar. Son Maverick Viñales, o un rebelde con causa; Álex Rins, o la reencarnación de Crivillé; y Luis Salom, o el mallorquín de los finales explosivos. Todo lo citado anteriormente es en clave de títulos, pero para llegar a las coronaciones del ilerdense, el de Granollers y el de Roses, hubo un largo y tortuoso camino del que la afición disfrutó más que nunca, porque otro de los detalles que deja 2013 es que éste ha sido el Mundial más visto de la historia en nuestro país a través de la televisión. Y es que no ha habido un solo gran premio insulso, y todos dejaron algo para el recuerdo...

A bote pronto, al recordar este año que ahora termina siempre nos vendrá a la memoria que fue en el que vimos a una española por vez primera puntuar en el Mundial de motos: Ana Carrasco, al terminar decimoquinta en Sepang. Fue en la categoría de Moto3, la misma en la que los tres primeros de la general llegaron en un pañuelo de cinco puntos a la última cita del año en Valencia. De ese modo, el que ganase la carrera de Cheste sería el que se llevase el título, y todo gracias al caos vivido 15 días antes en Japón. Allí, Salom perdió su cómoda ventaja al irse al suelo por dos veces: la primera propiciada por Isaac Viñales y la segunda, ya en solitario, y la definitiva. Rins, en vez de aprovechar la mala suerte del líder, también se iba al suelo unas vueltas después, así que Mack, que llegaba a esa carrera prácticamente sin opciones se encontró de nuevo en la pomada. Al Ricardo Tormo se llegó con Salom como líder y con siete victorias de su parte, con Rins a cinco puntos y seis triunfos sumados, y con Maverick a dos y con sólo un par de victorias. A la hora de la verdad, fue el del Team Calvo el que mejor aguantó la presión el día D, a la hora H. Sin duda, la mejor manera para él de saltar a Moto2 con el título debajo del brazo.

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Toru HanaiREUTERS

En la categoría intermedia, lo que debía ser un paseo triunfal para Espargaró hacia el título, ya sin Márquez como rival, se convirtió por momentos en una tortura. A pesar de arrancar con victoria en Qatar, los siguientes traspiés y la irrupción de Redding llegaron a situarle a casi dos carreras de distancia del piloto inglés. La última de las veces en las que tocó fondo fue en Silverstone. Por cierto, aquella victoria del inglés en su casa supuso el último triunfo del año de un piloto no español, y desde entonces se rayó el himno de tanto sonar con 17 victorias españolas consecutivas. La de Pol en Japón, la penúltima cita, es la que le sirvió para celebrar el título. Hubiera sido más bonito que Redding hubiera podido plantarle cara sobre el asfalto, pero la mala suerte se cebó con él en el último tramo del campeonato. En la calificación de Australia se rompió una muñeca, sintiendo ya el aliento de Espargaró, porque sólo estaba a nueve puntos de él en la general; y ya en Japón se vio implicado en una caída múltiple que le impidió estar en la reanudación. En ese mismo percance estuvo implicado Rabat, el tercero en discordia durante todo el año, y aunque se quedó sin título, nadie le quitará la alegría de sus tres victorias y haberse ganado por méritos propios el cartel de candidato para el próximo campeonato.

¡Y qué decir de MotoGP!, donde hemos llegado a ver a un Lorenzo correr en Assen sólo 35 horas después de ser operado en Barcelona por fractura de clavícula. El propio Lorenzo y Pedrosa se han pegado un año más por el trono, pero los dos supieron desde el primer día que un niño se entrometería en asuntos de mayores. Márquez debutó con podio en Qatar y en la segunda carrera (Texas) ya estrenó su casillero de victorias, quitándole así también a Spencer el título honorífico de ser el campeón más joven de la historia de un gran premio de la clase reina. Las lesiones jugaron un papel determinante en la andadura de Lorenzo y también en la de Pedrosa, causando ambos baja en la carrera de Alemania, y aquello supuso definitivamente el pistoletazo de salida en la carrera de Márquez hacia el título de la categoría. El discípulo de Alzamora había demostrado una regularidad aplastante, porque cada carrera que acababa, salvo la de Italia, lo hacía en el podio. Sin embargo, aquel día de Alemania soportó la presión de ser el favorito indiscutible, con sus dos máximos rivales en el hospital, y ganó una carrera que supuso la primera de una tacada de cuatro consecutivas. Poco le importó que a partir de entonces Jorge y Dani le atacaran dentro y fuera de la pista, especialmente en Sepang, donde señalaron a Dirección de Carrera por no ser más dura con el novato después de que un toque involuntario suyo a Pedrosa, en Alcañiz, derivara en avería en la Honda 26, en caída y en el adiós al título del discípulo de Puig.

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Manuel BruqueDIARIO AS

Hubo más capítulos que dieron pie a numerosas polémicas que acrecentaron el interés por el campeonato, como el robo de cartera con toque incluido de Márquez a Lorenzo en la última curva de Jerez por acabar segundo, pero nadie podría negar que Marc es un justo y digno campeón.