David Bisbal, un día en la F1 con su “ídolo” Fernando Alonso
El cantante estuvo en México “para apoyar a Fernando y Sainz”, disfrutó del box de McLaren y el paddock de un deporte que adora.
Son las dos y diez de la tarde en el autodromo de México cuando cuatro amigos se meten al box de McLaren Honda como cuatro chavales que van a descubrir un tesoro escondido en una cueva en el campo. Uno de ellos parece llevar la voz cantante, aunque no es el que debería por la metáfora, y es el que enseña a los otros sus secretos, otro ya conoce el camino y los otros dos abren los ojos como platillos volantes al entrar en territorio prohibido. Uno de ellos lleva gorra blanca y negra, se llama Fernando Alonso, el otro es su amigo Galle y junto a ellos un muchacho al que aún se le conocen rizos dorados a pesar del pelo corto conocido como David Bisbal, con ellos su road manager.
Fue el momento más bonito para el cantante español que estuvo en Ciudad de México para ver a su amigo Fernando, ambos se conocieron hace tiempo y de hecho el almeriense es de los pocos a los que sigue el asturiano en Instagram. David estaba feliz, incluso hizo un vídeo en el que contaba su experiencia, su día en las carreras. El cantante, auténtica estrella mundial que ha vendido más de cinco millones de discos y tiene 60 discos de platino y posee dos Grammy Latino, estaba en México como jurado del programa de Televisa, La Apuesta, en la que pretenden encontrar a una joven promesa de la canción y también está en plena promoción de su nuevo disco Tu y yo, su quinto albúm de estudio de este muchacho que empezó en Operación Triunfo hace 15 años. De aquí viajaba a España y después a Argentina y Chile, una pena porque le hubiera gustado poder vivir la carrera.
Con las cámaras de televisión no quiso hablar y con este periodista de prensa solo como colegas de charla, nada de declaraciones porque dejó claro que “aquí los protagonistas son ellos”. Y con ellos se refería también a Carlos Sainz. Le quería conocer Bisbal y le sacamos de una reunión de ingenieros para que ambos se saludasen y deseasen suerte en sus respectivas carreras, otra vez la metáfora que sale sola.
Con Carlos charló apenas cinco minutos, en los que hablaron de las similitudes entre la F1 y la ingeniería musical antes de los conciertos, y también se hizo un pequeño vídeo para sus redes sociales. Y con Alonso estuvo más tiempo e incluso el bicampeón le enseñó como funciona el volante del McLaren. “Aquí estoy delante del box del campeón, de uno de mis grandes ídolos, cuantas veces me ha hecho madrugar o trasnochar”, decía en el vídeo. Después en privado mostró su admiración por los dos pilotos, “estoy aquí para apoyar a Fernando y Carlos”, dijo y destacó que era la primera vez que estaba en un gran premio de F1, su deporte favorito. Y es que no le gusta el motor, le gusta la F1 y sobre todo Alonso.
Bisbal es un tío tal cual le ven, simpático, cordial, amable, se hizo fotos con los pocos periodistas españoles que quedan por el paddock e incluso tuvo el detalle contarme que lee las crónicas del AS después de la carrera. Gracias maestro. Y que siga teniendo tanta suerte como le sostiene su sobrenatural talento.