Maverick logra en Silverstone su primera victoria en MotoGP
El de Suzuki se marchó desde la salida. Crutchlow, segundo y Rossi, tercero. Márquez, cuarto, puso la salsa con varios duelos memorables.
Ya está aquí la primera victoria mundialista de Maverick Viñales en MotoGP y, al mismo tiempo, la primera de la nueva era de Suzuki, de vuelta a la clase reina la temporada pasada. Ha tenido que ser de la mano de este prodigio de 21 años, natural de Roses, Girona, que se convierte en el primer piloto de la historia capaz de ganar en las tres categorías del Mundial que hoy conocemos, con Moto3, Moto2 y MotoGP, porque otros como Márquez, Rossi o Lorenzo lo hicieron cuando la clase pequeña era la de 125cc. Y Mack ha vencido sin paliativos, dominando desde la primera hasta la última vuelta, con una venta en la meta de 3.4 sobre Crutchlow, que ha firmado un gran segundo, y de cuatro segundos respecto a Rossi, que ha sido tercero, beneficiado por una salida de pista en las postrimerías de Marc cuando peleaba con el inglés por la segunda plaza.
La carrera debió ser interrumpida a las primeras de cambio por el aparatoso accidente sufrido por Pol y Baz. Hubo momentos de tensión, porque el francés se arrastró por el suelo inconsciente durante unos instantes, pero felizmente ambos pudieron bromear más tarde sobre lo sucedido sin que hubiera lesiones graves que lamentar. El francés será sometido a un TAC por precaución y pruebas en el pie derecho, el que se rompió en Mugello, aunque en principio no reviste gravedad. Y respecto a Pol, lo mismo, sólo rasguños y sin pérdida de conocimiento en su caso.
Tras la bandera roja y el protocolo de rigor, se dio la salida para una segunda carrera a 19 vueltas, una menos, y en ella arrancaron Crutchlow y Rossi en cabeza, con Maverick a sus espaldas y con ganas de quitárselos pronto de encima. Lo hizo antes de que se completara la primera vuelta. Primero pasó al italiano. Después al inglés. Y de ahí a meta como alma que lleva el diablo para convertirse en el séptimo ganador alterno de MotoGP, una teoría a la que ya se apuntaba el viernes, y en el hombre que volvía a darle un triunfo a la fábrica de Hamamatsu en MotoGP nueve años después del anterior (Vermeulen en Francia 2007).
Pero hubo muchas cosas más noticiables en la carrera de Silverstone. De entrada, el naufragio en seco de Lorenzo, en un octavo puesto final que le quita ya cualquier esperanza de revalidar el título, si es que aún la tenía. El mallorquín se quejó de vibraciones en su neumático trasero. Y sobre todo la actuación de Márquez, un toro desbocado que no entendió de calculadoras y que fue la salsa de todas las batallas. Protagonizó un duelo por la tercera plaza con Rossi que a todos nos recordó al del año pasado en Sepang, aunque totalmente limpio por ambas partes y sin nada que reprocharse. Que llegaran a tocarse esta vez no fue más que consecuencia lógica del fragor de la batalla. Hasta cinco veces se superaron entre sí y, no contento el ilerdense con haberle ganado al de Tavullia la batalla por el tercero, se fue también a por Crutchlow.
Con el inglés, otro valiente a más no poder, se pasó tres veces hasta que se fue largo a dos vueltas del final, para volver a pista quinto, por detrás de Pedrosa. A su compañero de equipo se lo pulió con facilidad, como si llevaran motos completamente diferentes, y al final firmó un cuarto que le deja líder con 50 puntos de ventaja sobre Rossi y 64 respecto a Lorenzo, con sólo 150 en juego. El título lo tiene cada vez más cerca y sabe ya que el año que viene le tocará defenderlo también ante un Maverick que con la Yamaha será aún más competitivo de lo que ya lo es con la Suzuki. De momento, acaba de firmar la primera victoria de su vida en MotoGP y a nadie se le escapa que tiene pinta de ser la primera de muchas.
En una carrera excepcional, Maverick Viñales se ha anotado la primera victoria de su vida en la categoría de MotoGP, devolviendo a Suzuki a lo más alto del podio. Detrás de su cabalgada en solitario de Viñales se desató una intensa pelea entre Márquez, Crutchlow y Rossi, en la que se impuso Crutchlow, después de un gran error del español, que estuvo a punto de costarle muy caro. Rossi completó el podio, y Lorenzo terminó en una insólita y retrasada octava posición, con lo que, seguramente, se despide definitivamente del título.