Márquez: "El quinto título sería el más trabajado de todos"
El líder se considera "anti lluvia" pese a lo que le ha dado y dice: "He sacrificado intentos de victoria por el título".
Carrera GP Gran Bretaña 2016 de MotoGP en directo
-¿En qué circuito le gustaría celebrar su quinto título?
-Venga va. (Risas). Empezamos finos, ¿no?
-Dada la ventaja que lleva, es una curiosidad que tengo...
-Hombre, la típica respuesta es que para ganar un título cualquier circuito es bueno.
-Prefiero que no me dé respuestas típicas, así que se puede mojar un poco.
-No me gustaría que se produjese en el último circuito, aunque los recuerdos más bonitos que tengo son de los títulos que he ganado en Valencia, por ser en la última carrera del año, y en casa. Los de 2010 (el de 125cc) y 2013 (el primero de MotoGP) los gané allí y es algo diferente, aunque ya digo que no quiero que sea allí. Preferiría ganarlo antes de la última carrera si se puede, pero si hay que ganarlo allí también es buen sitio.
-Ha celebrado títulos en Australia, en Japón y en Valencia por partida doble. ¿Qué recuerdo guarda de esas conquistas?
-El primero me gustó, pero no lo viví. Bueno, lo viví, pero es eso de que no te lo crees y de que estás en el momento sin saber bien lo que está pasando. Hablo del de 125 en Valencia, pero todos tuvieron su historia. Luego, en el de Moto2 (en 2012) ya tenía el contrato firmado para subir a MotoGP y quería pasar con el título y, además, me despedía un poco del equipo, porque no sabía si los tendría otra vez a todos juntos.
-Eso fue en Australia y ese día le metió un churro en la pista Pol. ¿Escoció algo o daba todo igual por el título?
-Sí que me lo metió, sí, pero no amargó para nada la celebración porque tenía muy claro lo que tocaba en ese momento.
-Esa noche coincidió su celebración por el título de Moto2 con la de Lorenzo por el de MotoGP en una discoteca. ¿Se llegaron a felicitar mutuamente? Cuenta la leyenda que le dijeron que fuera a saludar a la zona privada en la que él estaba y que usted prefirió seguir en la pista de baile…
-(Se ríe). Coincidimos porque Phillip Island es un sitio muy pequeño, con pocos sitios a los que ir y, aunque no nos vimos en la primera fiesta, sí que lo hicimos en la posterior. Usted ya sabe dónde es.
-Recuerdo que aquella noche el jefe de mecánicos de Lorenzo me alertó de lo que supondría inmediatamente la aparición de Márquez en MotoGP. Decía que le recordaba a Rossi, que parecía muy simpático pero que en realidad era un ‘killer’.
-En la pista siempre lo he demostrado, porque en ella uno siempre mira por sus intereses y va al cien por cien. Puedes tener relación con los demás, pero en la pista, sea contra quien sea, te estás jugando tu puesto de trabajo y tu honor, el ganar el título.
-Sigamos con las celebraciones. ¿Cómo recuerda la del primer título de MotoGP?
-Ese fue el más bonito, quizá. El primero de MotoGP, en 2013, en Valencia, y en mi primer año en MotoGP, porque MotoGP es MotoGP… Y luego está el ganarlo en Valencia y por sólo cuatro puntos. No era una carrera fácil aquella y recuerdo la consecución de ese título como el más bonito.
-Le tocó correr a la contra y hasta su jefe Nakamoto se puso casi de rodillas para que pensara en el título y no en la victoria. ¿Cierto?
-(Risas). Sí, porque llevaba un año que era todo o nada. No entendía nada más y esa vez lo supe gestionar bien. Sufrí en la carrera porque Lorenzo estaba jugando y agresivo. Se pasó cuatro o cinco veces con Pedrosa y claro que sufrí. No disfruté durante la carrera, pero luego la recompensa y la adrenalina posterior por ganar es mucho mayor.
-Y al año siguiente, paseo triunfal con diez victorias consecutivas hacia el cuarto título que celebró en Japón haciendo de samurái…
-Sí y, aunque ese título fue especial, era el que más claro veía. Todo el año fue muy bien, con muchos puntos de ventaja, y cuando ganas estás contento, pero lo llevaba ya asimilado y pensaba que se iba a conseguir en una carrera o en otra. Fue el que menos adrenalina me generó en el cuerpo.
-¿Este quinto sería el más contra todo pronóstico viendo cómo arrancó el año?
-El quinto sería el más trabajado de todos, porque este año estamos yendo al límite. Pero aún queda mucho y no quiero hablar.
-Me sorprende que lo haya hecho tanto y ya me ha salvado la entrevista, pero dígame si siente que el agua se ha aliado este año con usted. Ha conseguido más puntos que la competencia en mojado. ¿Ha bailado la danza de la lluvia junto a los suyos?
-No, porque no me gusta nada la lluvia. Soy anti lluvia, aunque este año le haya quitado más a Lorenzo que a mí. Pero ya digo que no me gusta la lluvia. Eso sí, sabes que un campeonato tan largo siempre hay dos o tres días de agua y hay que ser el más completo en todas las condiciones. La he sacado partido, pero no me gusta nada la lluvia.
-Con Rossi a 53 puntos y Lorenzo a 59, ¿cuál es más rival de los dos o quizá lo es usted mismo?
-El riesgo está ahí, y más en carreras como la de Brno, y puedes hacer un cero en cualquier momento. Ahora lo último que espero es la lluvia, porque en seco lo puedes gestionar de otra manera y el riesgo está más presente en agua. ¿Más rival? Si fueran todas las carreras que quedan en seco, diría Lorenzo, pero en agua en Brno mejoró bastante. A los dos los tengo como rivales, porque Valentino está siendo constante además de rápido.
-Con esa ventaja que lleva, puede permitirse el lujo de ser campeón sin ganar una sola carrera más. ¿Lo firma?
-Hombre, si es por ser campeón lo firmo. Ya he sacrificado algún intento de victoria este año por pensar en el título.
-¿Por ejemplo?
-En Montmeló me conformé un poco, porque veía lo que había y Rossi era superior ese día. En la que más opciones tenía era en Holanda, con Miller, pero me conformé muchísimo. Y la que más me escoció fue Mugello, porque fue en la línea de meta (le batió Lorenzo por 19 milésimas) y arriesgué por ganar.
-Ha dicho que si gana será el título más trabajado, pero las Honda satélites han vencido dos carreras…
-(Se ríe). Sí, pero las dos en agua. Una por neumáticos duros y les salió la estrategia. Lo digo por la de Crutchlow, que también hizo una gran carrera, pero es más fácil lanzar la moneda al aire cuando no te juegas el título.
-¿Será su Mundial más de piloto?
-De piloto, como cada año, ponemos lo máximo, pero estoy trabajando muchísimo con lo que tenemos con mi equipo técnico.
-¿Qué han de mejorar para que el próximo año no vuelva a ir con el gancho en el cuello?
-Pues en aceleración. En la aceleración es donde estamos trabajando mal porque no estamos consiguiendo utilizar la potencia que tenemos. Es algo de gestión electrónica y de motor. Es ganar dulzura. Y también puede haber una parte de geometría de la moto, porque no utilizamos la potencia porque se levanta la rueda. Y si eso ocurre se tienen que mirar también otros parámetros.
-¿Se siente solo en la evolución de la moto? Pedrosa lleva un camino diferente al suyo con mucho peor resultado.
-Los dos nos quejamos de lo mismo, pero sí que es cierto que ambos tenemos un pilotaje completamente diferente. El mío es más similar al de Crutchlow y Miller, aunque voy un poco diferente a ellos. Yo voy en un extremo y Pedrosa en el otro, con Crutchlow y Miller en el medio.
-¿Le da pena la situación de Pedrosa o le viene bien que su compañero de box no se coma un colín este año?
-Cuando tienes un compañero de box competitivo, te ayuda a crecer, porque te ayuda a comparar telemetrías, a que todo Honda esté más motivada porque los dos van rápido. Es verdad que no le están saliendo las cosas, pero uno mira por su lado y en mi box está todo en orden.
-¿No se solidariza con él o le da ánimos?
-Sí que hablamos de cómo podemos mejorar. En la carrera de Qatar nos sentamos todos los pilotos Honda en un gabinete de crisis, más o menos, pero luego tú miras por tus intereses y cada uno ir a lo suyo.
-La semana que viene toca Misano, la casa de Rossi. ¿Cómo afronta viajar hasta allí? Afortunadamente parece que la paz de Montmeló continúa vigente…
-Tengo ganas de ir a Misano. Sé que va a estar todo el circuito amarillo, como es normal y debe ser, porque es la casa de Rossi, pero es un circuito que me gusta y en el que hay buen ambiente. Espero que este año no cambie.
-Rossi ha dicho antes de venir a Silverstone que el esfuerzo extra del año pasado lo ha notado en éste. ¿Lo entiende?
-No sé si le desgastó. A mí, todo lo que pasó después, una vez acabado el campeonato, me cargó las pilas. Era como sensación de impotencia y eso me hizo motivarme más, pensando que donde tocaba hablar era en la pista. Eso me hizo cargar aún más las pilas.
-¿Sin guardaespaldas en Misano pues?
-(Sonríe). Claro. La situación ahora es muy diferente a cuando fui a Mugello. Seguramente, puede haber algún silbido, pero estoy muy centrado en lo mío y está todo mucho más calmado.