Paseo por el parque de Prost y exhibición de Di Grassi y Buemi
Victoria incontestable del piloto francés en Londres con una fantástica remontada de los dos aspirantes que deja abierto el título.
Jugarse un título y tener que empezar desde la parte trasera de la parrilla siempre eleva las posibilidades de riesgo y la tensión del piloto ayuda a que cometa más errores. Si encima la carrera es en un trazado estrecho y sobre un terreno diferente, las dificultades son exponenciales. Sin embargo, Lucas di Grassi, líder del certamen, y Sébastien Buemi, su rival por el título, no se amilanaron y realizaron dos prodigiosas remontadas desde el 11º y el 14º, respectivamente, hasta el cuarto y quinto final en la primer carrera del londinense Battersea Park.
El brasileño contó con el sensacional trabajo de escudero de su compañero Daniel Abt, hijo del dueño del equipo, que paró al suizo de Renault e.Dams durante gran parte de la carrera, pero precisamente un accidente entre Abt y Frijns provocó la salida del 'Safety Car' que fue el preámbulo de una batalla directa espectacular entre los dos aspirantes al título. Después, Sam Bird también decidió 'ayudar' a Di Grassi adelantando a Buemi, pero éste se lo devolvió en la recta final y demostró que no se va a rendir en la lucha por el certamen y que Di Grassi no podrá relajarse ni un momento durante la manga definitiva.
De esta forma y a falta de una sola carrera (también emitida por 'AS.com') la diferencia en la general entre ambos aspirantes es de tres puntos con 30 como máximo botín para la manga final (25 de la victoria, 3 de la pole y dos de la vuelta rápida). Por delante, lejos de la tensión de la batalla por el campeonato plácida victoria de Nicolas Prost, hijo de Alain, por delante de Bruno Senna, nieto de Ayrton, y de Jean-Éric Vergne, expiloto de F-1. Un cajón de apellidos de postín.
Battersea Park vivirá la última manga de la segunda temporada y la última de su corta historia en certamen eléctrico de la FIA, pero si resulta tan emocionante como la de hoy seguro que quedará con letras de oro en este incipiente campeonato que cada vez tiene más seguimiento de aficionados (lleno total en el parque de la capital inglesa) y Prensa. La Fórmula E crece y con carreras como ésta de Londres lo hará aún más. Quizá aún les falte velocidad pura, pero a los ojos de los espectadores la emoción y las batallas cada vez priman más sobre el indicador de los kilómetros por hora.