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FÓRMULA 1 | GP DE AUSTRALIA

Raikkonen, protagonista del otro susto del día: fuego en su Ferrari

El finés tuvo que retirarse en la vuelta 21 tras llegar al box de la Scuderia echando fuego por la chimenea de su monoplaza. Su gran salida, que le colocó segundo, quedó en nada.

Las llamas que salieron del coche de Raikkonen asustaban.

Era la vuelta 21 y él, uno de los candidatos con más posibilidades de ocupar un lugar en la ceremonia del champán en el podio, pero su Ferrari no le iba a dejar. Al contrario que el de Vettel, que le llevó hasta el tercer puesto y quién sabe si más de no ser por ese caprichoso neumático delantero izquierdo, el SF16-H de Raikkonen dijo basta a los 21 giros. Sólo tres vueltas después de relanzarse la carrera, Kimi enfilaba el pit lane para no volver a salir.

Algo iba mal en su monoplaza italiano y quedó bien a la vista... Al llegar al box de la Scuderia la chimenea de su coche se convirtió en una lengua de fuego que hubiera hecho salir despavorido a cualquiera de su asiento, pero el finés no estaba dispuesto a faltar a su apodo de 'Iceman'. Le dio igual que una llamarada estuviera amenazando su cabeza, espero pacientemente a que llegará un mecánico con un extintor para apagar el incendio y luego salió del cockpit como si la cosa no hubiera ido con él.

Problemas mecánicos, dijeron en Ferrari en su cuenta de Twitter. No especificaron más, pero, al igual que quedó patente su buen rendimiento cuando se reparten los puntos, también lo hicieron unos problemas de fiabilidad que llevan arrastrando desde los test de pretemporada. Allí, en Barcelona, sumaron varios incidentes a sus buenos registros. Sea como fuere, el resultado es que la buena salida de Kimi, con la que se puso segundo, quedó en nada. Seguro que al recordarlo le sale una mueca en su cara. Pequeña, eso sí.