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NASCAR

Infarto en Phoenix: Harvick gana a Edwards por ¡una centésima!

La cuarta cita del campeonato americano terminó como la primera, con uno de los finales más apretados de la historia. Después de 500 kilómetros casi se necesitó una 'foto finish'.

Así de justos cruzaron la meta Harwick (coche negro) y Edwards (amarillo) del Phoenix International Raceway.
Sean GardnerAFP

313 vueltas, 500’8 kilómetros y solo una centésima, una única centésima. Puede que para algunos dar giros y giros casi hasta desgastar el asfalto en un circuito ovalado no sea digno de llamar su atención, pero si los americanos llenan las gradas en cada una de sus 36 carreras algo, y muy bueno, tiene que tener la NASCAR. Y eso es emoción y espectáculo hasta la bandera de cuadros. Valga como ejemplo uno de los finales más apretados de la historia que se vivió ayer en Phoenix.

Dos fueron los protagonistas, Kevin Harvick a los mandos del coche número ‘4’ del equipo Stewart-Haas Racing (sí, el mismo Haas que ha aterrizado este año en la F-1) y Carl Edwards con el ‘2’ del Joe Gibbs Racing. Un accidente en la vuelta 307 que acabó con la carrera de Kasey Kahne, hizo que la Good Sam 500 terminará en el tiempo extra y provocó un desenlace de infarto con el que Edwards casi consigue batir a Harwick, quien llevaba en el liderato desde el giro 169.

Mientras Kevin optaba por quedarse en la pista y llegar hasta el final, Carl, tercero en ese momento, pasó por boxes, cambió sus neumáticos derechos y logró un stint final rapidísimo que le permitió ponerse a la par de su rival en el último giro. Se quedaron mano a mano, o más bien empujón a empujón. Chocaban chasis el uno al otro buscando esa décima que les diera el triunfo, y al final fue una centésima la que decidió quien levantaba los brazos.

Lo hizo Harvick, acostumbrado a ganar lances ajustados, por primera vez esta temporada. Una victoria de las que dan brillo a la NASCAR y que le vale para empatar con Kyle Busch al frente del campeonato. Y, para quien piense que esto es una ‘rara avis’ en la competición estadounidense, dos datos: este final sólo ocupa el séptimo puesto del ranking de llegadas más ajustadas y el último así se vio en la Daytona 500, la cita inaugural del año. Los americanos saben los que les gusta…