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LA INTRAHISTORIA

El estafador que fantaseaba ser jefe de Mercedes en F-1

Un británico se enfrenta a varias acusaciones tras delinquir simulando ser el responsable de operaciones. Antes se hizo pasar por policía, guía canino...

Fábrica de Mercedes en Brackley.
Mercedes

'La vida de nadie' se estrenó en 2003 y en ella José Coronado interpretaba a Emilio Barrero, un hombre de 39 años con una vida modélica... inventada. El argumento que llevó al cine el director Eduard Cortés recreaba la historia del francés Jean Claude Romand que en 1993 asesinó a su familia tras años llevando una vida de mentira forjada sobre un castillo de engaños. Como siempre, la realidad supera a la ficción y ahora se ha conocido un caso parecido relacionado con la Fórmula 1 y que es una mezcla entre el film comentado, un James Bond de segunda e incluso el personaje también real de Leonardo di Caprio en 'Atrápame si puedes'.

Stuart Howatson, británico de 37 años, se enfrenta a una pena importante de cárcel ya que está acusado de una decena de delitos de estafa y uno de robo cometidos al hacerse pasar por jefe de operaciones del equipo Mercedes. Entre enero y junio de 2014, estafó 3.400 euros en hoteles y restaurantes en varias localidades inglesas, y también robó 1.900 euros a un hombre que conoció por la calle usando inicialmente el mismo gancho de la escudería de Brackley. En la segunda mitad del año, compró sistemas de seguridad digital por valor de 288.000 euros, software por valor de 23.904 euros y otro servicio de seguridad para ordenadores por valor de 1,4 millones de euros. Siempre bajo su inventada identidad.

Lo más increíble de toda esta historia, que no ha visto aún una sentencia ya que según su abogado está ingresado en un hospital tras haber intentado suicidarse, es que no es la primera vez que Howatson se enfrenta a la justicia por suplantar identidades y cometer delitos. Según quedó acreditado en un juicio en 2010 el estafador fantasioso hizo creer a sus amigos, familiares, vecinos e incluso a su propia mujer que era oficial de Scotland Yard, experto en guías caninos y miembro del cuerpo especial encargado de la protección de la Reina de Inglaterra. Llegando a dar numerosas charlas educativas en colegios y guarderías sobre el trabajo policial... a las que por supuesto acudía perfectamente ataviado con el uniforme reglamentario que había robado años atrás y que incluía un arma. Fue condenadio a 20 meses de prisión.