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MOTOGP

El discurso de Lorenzo en el test tiene aroma de campeón

Sus palabras en Sepang son premonitorias de lo que luego acontece: en 2014 fue derrotista (tercero), y las del año pasado, optimistas, venció.

Madrid
Lorenzo lo ha bordado en Sepang.
Mirco Lazzari gpGetty Images

¿Recuerdan lo que dijo durante el transcurso de los test de Sepang en 2014 y 2015 equivalentes a los de esta semana? Las palabras más lejanas eran derrotistas, cargadas de dudas y previas a un curso malo porque no pudo pelear contra un intratable Márquez. Las del pasado, en cambio, rebosaban optimismo e ilusión, a pesar de ni siquiera ser el más rápido, y fueron la antesala de su tercer título de MotoGP, resultando, por cierto, del estilo a las hechas estos días...

Lean. 2014: "Con la nueva norma de los 20 litros la moto está siendo muy nerviosa. Estamos peor que el año pasado”. Y esta otra declaración: “Los neumáticos van bien para las Honda y son un desastre para nosotros. Eso no es justo. Y son peligrosos”. 2015: "Comparado con el año pasado, es una historia completamente diferente y estoy muy feliz”. Una más: “Es increíble sentirme cómodo rodando en 2:00 de manera muy constante. Nunca me había pasado aquí”.

Y es que el pentacampeón es un piloto muy transparente ante los medios. Muchas han sido sus perlas a lo largo de su carrera. Una de las más sonadas fue cuando tras lograr en Qatar 06 su segunda victoria de 250cc aseguró que no había que descartar que ganara todas las carreras. No quiso que sonara a fanfarronada, e incluso días después intentó matizarlo, pero la realidad era que lo pensaba tal cual, y así le salió, sin medir las consecuencias y sin saber que luego se le complicaría mucho el camino hacia su primer título.

Valga el ejemplo para poner en situación lo claro que suele hablar el de Yamaha y lo importante que es haberlo oído decir estos días en el trazado malayo que no esperaba tanta confianza y facilidad para adaptarse a los Michelin y a la nueva centralita única, la Magneti Marelli que, a la vista está, trae en cambio por la calle de la amargura a las Honda oficiales de Márquez y Pedrosa. Su compañero Rossi también está gratamente sorprendido, pero en su caso el crono se paró a casi un segundo del mejor de un Lorenzo cuyo discurso estaba refrendado por buenas sensaciones y por un dominio absoluto del test.

Desde luego, nada que ver con el fatalismo con el que empezó en 2014, que le llevó incluso a decir que esos Bridgestone eran “peligrosos” y su moto demasiado nerviosa por la reducción a 20 litros, además de estar él mal físicamente. Ahora, como en 2015, queda declarado el estado de felicidad en su box, algo que, en su caso, le genera cierto aroma a campeón.