Los mejores momentos que ha dejado el motociclismo en 2015
Sin duda, la categoría MotoGP, con el título de Jorge Lorenzo y la 'batalla' entre Rossi y Marc Márquez, ha copado todo el protagonismo.
Estos son los mejores momentos de 2015 que ha dejado el motociclismo. Sin lugar la categoría MotoGP ha sido la gran protagonista con el título de Lorenzo ya la 'batalla' entre Rossi y Marc Márquez.
Un campeón que ya es pentacampeón, porque además del conquistado esta temporada en MotoGP, Jorge Lorenzo ya había ganado cuatro títulos mundiales antes, otros dos en la clase reina (2012 y 2010) y dos en 250cc (2007 y 2006). Sin embargo, ninguno fue tan sufrido y apretado como el de 2015, donde acabó al frente de la general con sólo cinco puntos de ventaja sobre el siguiente, Valentino Rossi (330 contra 325) y se decidió todo en una última carrera de infarto, la de Valencia, envuelta en una polémica de la que ya se ha escrito casi todo y que, probablemente, tendrá continuidad cuando arranque 2016 a partir del 20 de marzo con las carreras nocturnas de Qatar.
Volviendo a lo duro que ha sido la consecución de ese quinto título para el mallorquín, esos cinco puntos finales a su favor son muchos menos que los 18 que le sacó a Pedrosa cuando se coronó en 2012, los 133 que sacó también al catalán en 2010, los 52 a Dovizioso en 2007 y los 17 de nuevo al italiano en 2006. Fue precisamente en ese año de su primer título la penúltima vez que se vio una diferencia tan corta entre el campeón y el subcampeón de MotoGP. Sucedió cuando Nicky Hayden batió a Rossi con 252 puntos frente a 247. Y desde entonces sólo ha habido una diferencia más corta, también con Lorenzo implicado, aunque esa vez en el papel de derrotado. Sucedió en 2013, cuando Marc Márquez le batió por cuatro puntos (334 a 330), aunque con el matiz importante de que el catalán pilotaba la Honda y el mallorquín la Yamaha, mientras que en esta ocasión los dos primeros de la general han contado con las mismas armas, la Yamaha del equipo Movistar en un box en el que había barra libre de información en las dos direcciones.
Hubo momentos en los que ese detalle crispó a Lorenzo, al entender que Rossi encontraba las soluciones a sus problemas el domingo por la mañana tirando del trabajo de puesta a punto que se había realizado en su parte del box. Fuera cierto o no, eran las reglas del juego que había y seguramente no se habría hablado de ello en ningún momento si Jorge hubiera tenido un mejor arranque de temporada del que tuvo.
El 99 arrancó fuera del podio las tres primeras carreras, algo impropio en él, con dos cuartos y un quinto. En Qatar le penalizó un fallo en el casco que le dejó con escasa visibilidad, en Texas problemas físicos y en Argentina una errónea elección de neumático. Eso le hizo situarse a 29 puntos de la cabeza, pero a partir de ahí explotó y encadenó cuatro victorias consecutivas (Jerez, Le Mans, Mugello y Montmeló). Su racha triunfal tuvo un receso de tres carreras, coincidiendo con la vuelta de los Bridgestone de la temporada anterior, menos ideales para él por tener los perfiles más duros de lo que le gusta y le da confianza. En Brno volvió a la senda de la victoria, de nuevo con las gomas 2015, situándose con ello colíder, empatado a 211 puntos con Rossi. Parecía que la remontada ya estaba conseguida, pero una mala carrera bajo la lluvia de Silverstone, donde de nuevo tuvo problemas de visibilidad con el casco, y una caída en Misano le mandaban otra vez lejos de Rossi, a 23 puntos, con cinco carreras por delante. Sin embargo, a la hora de la verdad, no falló y no se bajó del podio en ninguna de esas carreras, con dos victorias (Aragón y Valencia), dos segundos (Australia y Malaisia) y un tercero (Japón).
2. Un derrotado: Valentino Rossi
Cuando Valentino Rossi hizo caso omiso a la oferta de renovación de Ducati, con un cheque en blanco, para que su vinculación continuara más allá de 2012, lo hacía pensando en el camino más corto para alcanzar su décimo mundial. La empresa parecía imposible para muchos, pero era él quien más creía en ella y quien fue haciéndola factible durante su segunda estancia en Yamaha, yendo de menos a más en 2013 y 2014 para acabar rozando con la yema de los dedos en 2015 esa ansiada décima corona.
El subcampeonato cosechado este año por El Doctor le ha dejado mucho peor sabor de boca que el obtenido la temporada anterior. Entonces acabar segundo, por detrás de Márquez y por delante de Lorenzo y Pedrosa, fue todo un éxito. Ahora, en cambio, ha sido una dolorosa derrota, máxime teniendo en cuenta que ha liderado la general desde la primera carrera hasta la penúltima, siendo superado por Lorenzo sólo en una, la más importante, la decisiva.
Polémicas al margen, que las ha habido y generadas en gran medida por su culpa, por creer en una conspiración entre españoles contra él que en realidad no existió, su temporada ha sido espectacular. El italiano no lideraba la general de MotoGP desde 2009 y arrancó el año con una gran victoria en Qatar, que tuvo continuidad con un tercero en Texas y otra victoria en Argentina. Esta fue en la que empezaron sus desavenencias con Márquez, después de que éste se cayera tras tocarse un par de veces con él. Al podio subió con la camiseta de la albiceleste con el 10 de Maradona, con el 10 que perseguía él en clave de títulos.
Con la llegada del Mundial a Europa, entendió que su compañero Lorenzo tenía unas décimas por vuelta que a él le faltaban y que se esforzaba por encontrar durante los entrenamientos sin demasiado éxito. Sin embargo, nunca se rendía y salvó las cuatro victorias consecutivas de su compañero de box con otros tantos podios: tercero en Jerez y Mugello y segundo en Le Mans y Montmeló. Era la regularidad personalizada, pero tanta ansia como tenía por mejorar sobre todo en la calificación, que estaba siendo su punto más crítico, le llevó a firmar la pole en la siguiente cita.
Fue en Assen y le catapultó el sábado hacia otra victoria cargada de polémica de nuevo con Márquez, porque ambos se tocaron en la chicane de entrada a meta y con ello Valentino encontró la coartada perfecta para acortar la chicane por la tierra y salir directo hacia la bandera. Marc entendía que debían haberle dado la victoria a él por el recorte de su rival y mostró su enfado en la rueda de prensa, diciendo que lo que había aprendido en esta ocasión de su admirado Rossi era a hacer motocross…
Hubo momentos de la temporada en los que parecía que los astros se alineaban para que El Doctor acabara saliendo campeón y tras su victoria de Inglaterra, la última que consiguió, Lin Jarvis, jefe en Yamaha de los dos contendientes al título, llegó a decir que Rossi tenía conexión directa con Dios. Fue porque el fin de semana en seco había ido perfecto para Lorenzo y con muchas dudas para Rossi, pero el día de la carrera amaneció lluvioso y se dio la vuelta a la tortilla. En Misano pasó parecido y ahí además su rival le echó un cable al caerse por exceso de precipitación tras su segundo cambio de moto en una carrera caótica. Se plantaba así con 23 puntos de ventaja a falta de cinco carreras y Aragón fue el primer aviso de que los astros empezaban a desalinearse para él.
Mientras Lorenzo volaba hacia la victoria en Alcañiz, Rossi se veía enfrascado en un durísimo duelo con Pedrosa por la segunda plaza que se acababa llevando el español gracias a una agresividad y contundencia nunca vista en él. En el siguiente asalto, el de Japón, cogía aire al acabar segundo por delante de Lorenzo en una carrera que hubiera ganado el mallorquín si no hubiera dejado de llover. En Australia su compatriota Iannone le quitó tres valiosos puntos en la última vuelta al relegarla a la cuarta plaza. En Malaisia empezó perdiendo el jueves, acusando a Márquez de querer torpedearle en Australia intentando ayudar a Lorenzo. Fue solo el principio de su desquiciamiento, porque en carrera tiró a Marc y, a pesar de terminar tercero por detrás de Lorenzo, al que aún sacaba siete puntos en la general, recibió una sanción que le obligó a salir último en Valencia. Fue allí donde cedió el liderato finalmente después de haber liderado todo el curso, porque su remontada hasta la cuarta plaza no le servía de nada ante la victoria de Lorenzo, que como en sus anteriores dominó de principio a fin. Al mallorquín le escoltaron en el podio Márquez y Pedrosa, a los que acusó de ser sus escoltas, denunciando lo que él entendía como un amaño entre españoles que le presenta ante algunos aficionados como un mal perdedor y ante otros como un mártir.
3. Una víctima: Marc Márquez
Víctima por partida doble ha sido Márquez en la temporada 2015. De un lado, Honda le creó una moto demasiado nerviosa que le llevó muchas más veces al suelo de lo esperado. Y de otro, Rossi le metió en el medio de la batalla que mantenía por el título con Lorenzo, derivando todo en una ingrata polémica de unas dimensiones siderales.
El primer día que Marc se subió a su RC231V en calidad de bicampeón de MotoGP, ya advirtió a sus jefes que no le gustaba demasiado la nueva moto. La de 2014 había ido perfecta, pero con la de 2015 se pasaron de tuerca en el ala dorada al querer otorgarla aún más potencia y la convirtieron en una moto excesivamente agresiva y nerviosa, que se cruzaba más de la cuenta en la entrada de las curvas, y eso que al ilerdense le gusta entrar de lado, y que se levantaba demasiado a la salida de los virajes. El resultado fue una ristra de ceros para Márquez impropia en el piloto que había ganado de una tacada las diez primeras carreras del curso anterior.
El 93 se cayó en Argentina, previo toque con Rossi, aunque las alarmas se habían encendido ya antes al solo ser cuarto en Qatar. En Texas, como acostumbra, ganó. Tras el segundo de Jerez y el cuarto de Le Mans, de nuevo con problemas evidentes en la moto, llegaron las caídas seguidas de Mugello y Montmeló, por querer hacer más de lo que en realidad podía, por precipitación y por no conformarse. Vamos, pura esencia Márquez. Encadenó una racha buena en las siguientes cuatro citas, con dos segundos y dos triunfos, pero se volvió a complicar todo con la caída de Silverstone en lluvia. A ello le siguió la victoria en Misano, pero inmediatamente después llegó otro arrastrón, en Aragón, y no sería ése el último del año, porque volvería a caerse en Sepang, aunque ahí, en realidad no se cayó sino que le tiró Rossi.
Esa carrera de Sepang estuvo marcada por la guerra que le declaró Rossi en la rueda de prensa previa del jueves, donde le acusó de ayudar a Lorenzo en Australia, donde curiosamente ganó Marc quintándole cinco valiosos puntos en la última vuelta a Jorge. Lo que pasó después ya está contado, y no quedó todo ahí, porque tuvo que aguantar el acoso de pseudoperiodistas italianos en su propia casa (las hienas) y una presión brutal antes de la carrera de Valencia como nunca había vivido. En ella acabó segundo y tuvo que escuchar después como le silbaban en el podio los rossistas y como el italiano le acusaba de guardaespaldas. Aún así, dijo después de la carrera de Valencia que su mano estaba tendida para Rossi, pero aún no se la ha aceptado y la idílica relación que tuvieron en el pasado está rota, tal vez, para siempre.
4. Un intermitente: Pedrosa
Si sólo se tuvieran en cuenta las últimas cinco carreras de la temporada, seguro que Pedrosa habría peleado por el título, pero campeonato consta de 18, aunque él sólo tomara la salida en 15, al perderse tres de ellas por lesión.
La irregularidad le ha vuelto a pasar factura, aunque esta vez hay que dar como muy bueno su final y, sobre todo, que siga corriendo, porque la noche de la primera carrera en Qatar parecía que nunca más volvería a hacerlo. Dani fue sexto bajo los focos de la única carrera nocturna y después sorprendió a todos con unas declaraciones en las que anunciaba que se retiraba sin fecha de regreso, porque no podía seguir corriendo lesionado. Fue un mensaje que sonaba a despedida definitiva por culpa de un síndrome compartimental que le tenía martirizado en un antebrazo y al que no había encontrado solución viajando por clínicas de medio mundo.
Todo parecía perdido para el catalán, sin saber que en realidad la solución la tenía tiro de puente aéreo y cuando se puso en manos del doctor Ángel Villamor vio la luz al final del túnel. Reapareció cuatro carreras después, en Francia, y aunque se cayó a las primeras de cambio pudo reemprender la marcha y comprobar que la recuperación iba por buen camino. La Honda tampoco le ayudó a él todo lo que quisiera, pero fue a más y alcanzó su punto culminante de la carrera en las cinco últimas carreras, donde firmó dos victorias (Japón y Malaisia), un segundo (Aragón), un tercero (Valencia) y un quinto (Australia). Sumó en ese periodo 97 puntos, sólo nueve menos que Lorenzo, y dejó atónitos a todos con el espectacular duelo que mantuvo, y ganó, con Rossi en las últimas vueltas de Aragón en pugna por la segunda plaza.
Su intermitencia ha estado más justificada que nunca esta vez y su final es una inyección de moral con vistas a la próxima temporada.
5. Una esperanza: Ducati
El técnico Gigi Dall’Ignha y sus colaboradores invirtieron mucho tiempo y esfuerzos en desarrollar la nueva Desmosedici GP15 y, pareciéndose más a una japonesa, a la Honda concretamente, pero sin perder la esencia de Ducati, porque seguía siendo un avión, crearon una moto con la que Iannone y Dovizioso lograron numerosos podios, aunque les faltó la guinda de la victoria. A favor suyo jugó que supieron aprovechar las ventajas que les ofrecía el reglamento, como el combustible extra que le acabaron reduciendo a 22 litros, los mismos que llevarán todas las motos en 2016.
Dovizioso arrancó increíblemente bien, con tres terceros consecutivos, pero luego fue claramente a menos y sólo logró volver al cajón en otras dos ocasiones, con dos terceros (Le Mans y Silverstone). El otro Andrea, por su parte, sumó dos terceros y un segundo, mostrando una regularidad impropia en él hasta el momento y que le valió para acabar quinto el campeonato, con 26 puntos más que su compañero de box.
6. Un reestreno: Suzuki
Suzuki se marchó de la parrilla de MotoGP con más pena que gloria al acabar la temporada 2011. Aún tenía contrato en vigor con el promotor del campeonato, pero se estaba arrastrando en comparación con las otras marcas, a pesar del esfuerzo de Álvaro Bautista, que firmó un quinto en Silverstone, y decidió marcharse con la intención de volver. Lo hizo en 2015, con dos pilotos españoles en su box, Aleix Espargaró y el debutante Maverick Viñales, que ha sido el novato del año, y con una moto que ha ido bastante mejor de lo esperado y que ha dejado en muy mal lugar a algunos competidores suyos, como Aprilia, que ha tenido una reaparición muy floja.
Es cierto que la GSX-RR estuvo limitada a nivel de motor, pero también que era muy ágil gracias a un chasis maravilloso que le permitía brillar a sus pilotos en las zonas más reviradas. Le penalizó la ausencia del cambio seamless (sin costuras) que sí estará instalado en la versión del próximo año, una versión que también debería tener un motor con más potencia que ha sido esperado durante todo el año, pero que no ha acabado de llegar.
El momento más importante del curso llegó en la calificación de Montmeló, donde Aleix y Maverick firmaron un magnífico doblete. Y ya en carrera, los mejores resultados de ambos fueron los sextos puestos de Aragón (Aleix) y de Montmeló y Phillip Island (Mack). Muy digna la reaparición de la marca de Hamamatsu.
7. Otro campeón: Barberá
La última temporada de la categoría Open, integrada por esas terceras motos que no son ni como las oficiales ni como las satélites, que eran menos sofisticadas y que disponían de más litros de combustible, más motores y el neumático extra blando, la ganó un español. Es un campeonato oficioso, porque no hay ni podio ni clasificación propia para él, pero que Héctor Barberá apareciera como la primera moto Open de la general de MotoGP fue un sueño hecho realidad para el Avintia Racing. El valenciano terminó decimoquinto, por delante de Álvaro Bautista y Loris Baz, que es con quien más se jugó el honor de estar en el corralito con los tres del podio al acabar la carrera. Le batió por cinco puntos y tuvo como mejor resultado el noveno puesto de la carrera de Japón, aquella que arrancó bajo la lluvia y en la que se acabó secando el asfalto.
8. Un carrerón: Australia
El GP de Australia, en el incomparable circuito de Phillip Island fue para muchos la carrera de la década, para algunos la mejor de la historia y para todos, como mínimo, la más vibrante del año. Para todos los que la vivimos desde fuera, porque posteriormente Rossi dijo de ella que había sido un juego de Márquez con los demás y que no hubo tal emoción.
Sea como fuere, se vivieron 52 adelantamientos entre los cuatro pilotos de cabeza que pelearon por las plazas de podio hasta la misma línea de meta y cuya lucha se saldó con Márquez, Lorenzo, Iannone y Rossi ocupando por ese orden las cuatro primeras plazas. Además de la belleza propia de una carrera con tanto adelantamiento en la que Iannone fue el que más firmó, la friolera de 18 y algunos a pares, estaba también la emoción por la pelea del campeonato. Tanto Lorenzo como Rossi se vieron superados en la última vuelta y casi al mismo tiempo, lo que se pudo apreciar divinamente a vista de pájaro, desde la cámara del helicóptero. Ello supuso la pérdida de cinco valiosos puntos para Lorenzo y de tres para Rossi, lo que aún dejaba líder al italiano con once puntos de ventaja sobre el español y dos carreras por delante, con lo que Jorge no dependía de sí mismo, ya que dos victorias suyas combinadas con dos segundos de su rival le harían a éste campeón.
Por si fueran pocos ingredientes los de la carrera australiana, hubo hasta una anécdota que dio mucho que hablar, por la aparatosidad de la imagen. En realidad es algo que ocurre a menudo en este trazado, pero pocas veces se había visto tan bien el impacto de una gaviota en un piloto como cuando le pasó a Iannone liderando el pelotón. En un primer momento pareció que el ave le había golpeado la cabeza, pero en realidad el impacto fue con la Ducati y el que más quedó salpicado con la sangre del animal fue Lorenzo, que rodaba a su lado. Resultó una de las imágenes del año en un año en el que hubo muchas para el recuerdo.