Tecnología punta en viticultura
Los satélites sobrepasan a veces los 2.000º C, la misma temperatura que el motor y los tubos de escape de los coches por ello utilizan el mismo material.
Es complicado entender que la F-1, la viticultura y la ingeniería aeroespacial sean tres actividades relacionadas. David Zárate, responsable de las bodegas Conde de Villaseñor de Monterrey (México), explica cómo desde allí recibe en tiempo real información sobre sus viñedos en España: “Esto nos permite a través de las fotografías que recibimos gracias a los satélites, determinar las temperaturas de las vides y poder tomar decisiones por ejemplo sobre el riego que se necesita”.
¿Y esto qué tiene que ver con la F-1? La respuesta está en esos satélites. GMV Aerospace, empresa especializada en satélites de observación de la Tierra, ha ofrecido esta herramienta a las personas que trabajan en el campo para mejorar la calidad de sus cultivos. La temperatura que alcanzan los satélites sobrepasa en ocasiones los 2.000º C, más o menos la misma que el motor y los tubos de escape de los monoplazas en la F-1 y por ello utilizan el mismo material para obtener mayor resistencia. “Cuando se desarrollan elementos que se utilizan tanto en la Fórmula 1 como en los satélites, también conseguimos que se apliquen de una manera cotidiana y que nos sirvan para mejorar nuestra vida diaria”, afirma el ingeniero de GMV Aerospace Miguel Ángel Molina.
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