Rabat: "Si el final de MotoGP estuvo apretado, en 2016 más"
El catalán afronta ilusionado el salto a la categoría reina: "Hay que adaptarse, pero al final es una moto. Me vi bien en el test, dejó buenas sensaciones".
La muñeca izquierda es lo único que ejerce de freno motor a Tito Rabat en estos momentos. Aún no se ha recuperado plenamente de la operación de radio, pero el barcelonés sólo tiene ojos para el test de febrero en Sepang, primera gran piedra de toque en su estreno en el Mundial de MotoGP. "¡Tengo tantas ganas...! Estos últimos días están siendo de descanso, en Almería, tratando de desconectar de moto. Desde el test de Valencia posterior al final del Mundial, nada de moto. Nada de moto hasta el 1 de diciembre, me han dicho los doctores. Espero impaciente el test de febrero", comenta Rabat durante su visita a la Redacción de AS.
Esa muñeca es la que no le permitió exprimir como hubiera querido la Honda RC213V del equipo Estrella Galicia 0,0 Marc VDS en el test realizado en Cheste hace dos semanas. Cambiaba la moto, el peso, las dimensiones... "El primer día me encontré bastante bien, pero di muchas vueltas y sin darme cuenta se me hinchó la muñeca. Pero el segundo día, desde la primera vuelta, me volvió a doler como la semana anterior. Quizá forcé demasiado y tuve que parar un poco. Noto que la muñeca se está recuperando, aunque a veces duele. A ver si se consolida y así puedo estar en febrero al cien por cien", comenta Tito, que en su día pidió a CSM, la empresa que le representa, estar en 2016 en el mismo equipo y con una Honda oficial. Dicho y hecho.
No sólo el peso o las dimensiones de la moto son diferentes, la MotoGP esconde muchos secretos para quien debuta. Como la electrónica. "Probé la de 2015, que es la que en principio iba bien. No la programamos a tope, pero ayudaba bastante. Lo suficiente para no cometer un fallo el primer día. Sobre la MotoGP se te acumula el trabajo. Creo que aquí, el piloto tiene mucho más que decir. Quizá lo que más me costó fue reducir sin embrague, el cambio seamless, todas las marchas son para arriba o para abajo, no es la primera arriba y las demás hacia abajo... Hay tres tipos de mapping, tres tipos de freno motor, diez saltos de control de tracción... Parece muy complicado, pero te vas adaptando. Con el paso de las vueltas te va saliendo automáticamente. ¡Te dan unas clases antes de salir, pero con la diferencia de que éstas te hacen ilusión y prestas atención!", bromea Tito.
Tras ser campeón de Moto2 en 2014, Tito ha cerrado el Mundial 2015 con un tercer puesto tras Álex Rins y Johann Zarco, el intratable campeón. Sin embargo, asegura que la pretemporada la hizo mejor que nunca. "El pasado invierno trabajé más que el anterior. Quería más, poder subir a MotoGP como campeón de nuevo. Pero no acompañó la situación. Cuando llegas de nueve días de pretemporada y te llueve siete, te dan un chasis nuevo que no has probado, un neumático delantero nuevo al que no te adaptas, unas suspensiones diferentes... En sólo dos días quieres poner a punto la moto y estás perdido. Y en las tres primeras carreras, es verídico, no tenía confianza. Estaba más fuerte que el año anterior, pero cuando las cosas se cruzan no hay manera".
Pero niega que perdiera el ánimo, que la presión o los contratiempos le hicieran doblegarse: "No me vine abajo, me crecí ante la adversidad, pero por mucho que intentaba no podía. Fue una lástima porque cuando encontrábamos el tono, me lesionaba. Y al final intenté recuperarme, pero llegó lo peor que le puede ocurrir a un piloto, quedarse en casa, y tener que ver la parrilla desde el sofá o desde el box, porque dices: 'yo soy piloto, yo tenía que estar ahí'. Afortunadamente llegué a Valencia, donde pensaba que por el tipo de circuito lo iba a pasar mal, pero me fui encontrando mejor. Y otra cosa que aprendí es que las carreras sólo son carreras. Fui sin presión. Me centré solamente en la carrera, apreté a tope, marqué un gran ritmo e hice un fin de semana impecable".
Eso ya es pasado, ahora sólo hay una fecha en mente, el 1 de febrero en Sepang, donde aguardan tres jornadas de test. Será un nuevo salto en su carrera, que afronta con la mayor ilusión posible: "Cuando pasé de 125cc a Moto2 flipé, de lo grande que es. Esta vez ha sido lo mismo, un cambio igual de importante. Hay que adaptarse, pero al final es una moto. Me vi bien, contento con el test y por las sensaciones".
Obviamente, la pregunta de las preguntas no podía quedarse en el cajón: ¿Cómo vio la polémica final del Mundial de MotoGP, el duelo entre Rossi, Márquez y Lorenzo?: "Sólo ellos lo saben, no se puede opinar si no estás ahí arriba. Desde casa, en Almería, viéndolo desde el iPad no creo que la mía sea una opinión contrastada. Para las audiencias sí ha sido bueno, pero una carrera así no puede ser buena. Es mejor que las audiencias lleguen con carreras limpias y bonitas", afirma el piloto catalán.
Ee es el deseo para 2016. Para ese Mundial de MotoGP con lavado de cara. ¿Pronósticos? “En Moto3 no veo un favorito, porque se van muchos pilotos. En Moto2, Rins, Zarco y Márquez. Y en MotoGP... Nos vamos a divertir más que este año, seguro. Las diferencias serán menores. Si este año el final estuvo apretado, el que viene lo va a estar más”, dice Rabat, que se reencontrará con un buen amigo, Marc Márquez, de quien dice: “Es un piloto que siempre ataca hasta el final, está en el límite pero nunca pasa el límite”. Es su radiografía del ilerdense. La de su muñeca, mientras, nos dice que en una semana podrá subirse de nuevo a la moto. Y a Tito se le ilumina la cara.