Juncadella: "Desde la F-3 no he subido al podio y lo necesito"
El piloto de Mercedes califica de “consistente” su año y reconoce que le atrae la resistencia: "La experiencia de Spa me gustó mucho".
Hockenheim echó el cierre al DTM 2015, que en el caso de Dani Juncadella se saldó con un 20º puesto en la general de pilotos. Un bagaje que refleja la enorme competitividad del campeonato. Pero eso no impide la sonrisa de este barcelonés de 24 años. “El sabor es agridulce, porque he tenido un año en el que he sido muy consistente, estando entre los mejores Mercedes, pero no he logrado muchos puntos. Era el quinto coche más pesado, es cierto, y la recompensa es muy baja”, comenta Dani, que habla de “mejorar en calificación” como tarea ya para 2016.
Juncadella firmó un 12º y un 13º en Hockenheim, donde rubricaba su tercer año en el DTM. Su gran reto, aunque la resistencia también tiente: “El problema de Mercedes es que no tiene equipo oficial y por ahora no piensa tenerlo, si siguen adelante con F-1 y DTM. La experiencia de las 24 Horas de Spa me gustó mucho, fue diferente, pero agridulce porque tuvimos opción de ganar casi toda la carrera pero al final se nos escapó”.
La resistencia iría anclada a Mercedes, aunque las puertas de competir con otra marca no están cerradas con llave. “No me lo he planteado. Sí que es cierto que ves que el mundo del automovilismo enfocado más allá de los monoplazas coge cada vez más interés, porque la F-1 empieza a ser un sueño difícil para un joven, no dependes de ti mismo. Quiero seguir en Mercedes, que no creo que tenga intención de ir a LMP1. Pero si un día no soy feliz en el DTM, desde luego que apostaría por algo así”, añade Dani, que tiene claro con qué se queda de 2015: “Lo mejor va unido a lo peor. Steve Clark, que trabajaba en Ferrari, llegó como ingeniero jefe de mi coche y fue un gran paso adelante. Hubo mucho ‘feeling’, aunque cometió también muchos fallos, pero por falta de experiencia en el DTM”.
Mientras califica de “complicado” correr el GP de Macao de F-3, que ganó en 2011, considera que la F-1 poco a poco se va alejando de su orilla: “Sigo involucrado con mi trabajo en el simulador, pero al final, para correr en un equipo se tienen que juntar demasiadas cosas. Necesitas un apoyo económico difícil de lograr, es el aspecto negativo de la F-1. Se habla de Wehrlein, de sus opciones de correr con Manor, y a mí, si fuera él, me costaría decidir. De ganar el DTM a pelear con tu compañero de equipo por no ser último o con mucha suerte pasar a Q2... Es duro”. Pero lo duro también recompensa. Y por eso Dani no se resiste a triunfar en el DTM: “Yo corro con la mentalidad de ser ganador. Desde la F-3 no he vuelto a subir a un podio y es algo que necesito. Si en dos o tres años no lo tengo aquí, buscaré otras opciones”. Hay tiempo, Dani, hay tiempo.