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GP DE JAPÓN | MOTO2

Zarco: "No voy a cambiar el uno de campeón por el cinco"

"Quiero seguir con mi número porque el uno no le ha dado mucha suerte a Tito y quizás nos ayude a ser más humildes”, asegura tras proclamarse campeón de Moto2.

Johann Zarco celebra su título.
KAZUHIRO NOGIAFP

-Felicidades. ¿Qué siente?

-Es especial tener este sentimiento… un viernes. No me esperaba después de todo este año que pudiese ganar de esta manera. Tengo mucha ventaja en la general y mi idea era hacerlo bien aquí en Japón, pero el trabajo ya está hecho, soy campeón. Es difícil decir qué podría haber pasado si Tito hubiese estado bien. Hasta ahora estaba centrado en el fin de semana, pero poco a poco he ido recibiendo mensajes de gente felicitándome y es bastante bonito. Pero quiero mantener los pies sobre el suelo.

-¿Objetivo cumplido?

-Este era el objetivo desde el inicio del año. Después de acumular alguna experiencia, tres años en Moto2, tres años en 125, en mi séptimo año en el campeonato, quería usar esa experiencia en las sensaciones sobre la moto. Cuando empecé a ganar carreras quise mantener ese ritmo, porque si tienes la opción de ganar pero decides mantener tu posición puedes terminar yéndote para atrás, y es algo que no quería. Quiero disfrutar de este campeonato para siempre, porque es muy bonito lograr esto. Lo he logrado este año, es perfecto, pero quiero seguir en esta línea.

-¿Hay alguna carrera que guarde en su memoria tras la que se dijese que iba a ganar este campeonato?

-Me gustaría elegir Qatar, porque estaba liderando la carrera pero tuve un problema técnico y terminé octavo. Debería de haber ganado esa carrera pero no lo hice. Todo el mundo esperaba que estuviese enfadado pero no fue así. Lideré la prueba desde la segunda vuelta casi hasta el final, era el más fuerte. A partir de esta carrera me dije ‘sí, puedo ser campeón, simplemente sigue así y no pienses demasiado’. Esa confianza creo que me llegó en Qatar incluso aunque el resultado fuese el peor del año.

-¿Y algún otro momento en el que pensase que a lo mejor no iba a poder ganar?

-Quizás en Aragón, tenía muy cerca cerrar el Mundial pero perdí un poco mis sensaciones, porque empecé a pensar que podía ser campeón, que tal vez podía terminar tercero la carrera, demasiadas cosas. Y esto es el campeonato del mundo, nadie te va a estar esperando. No tenía las mejores sensaciones sobre la moto y no estaba rodando en la mejor posición. Por eso estaba contento de dejar eso atrás en Aragón, fue una buena experiencia como aprendizaje. Porque pensé que si no controlaba mi mente a lo mejor lo podía terminar perdiendo todo.

-¿Qué dice del equipo?

-Conocí a Aki en 2011 y ese fue mi mejor año en 125, pude pelear por el título. Después estuve en diferentes equipos en Moto2 y volví con él en esta temporada. Laurent, mi preparador, había pedido muchas veces a Aki que hiciese un equipo de Moto2 porque estaba al cien por cien seguro de que si Aki podía hacer un equipo de Moto2 para mí podríamos ganar. Y, finalmente, pudimos hacerlo en 2015. Es especial, tengo muy buenas sensaciones con el equipo, no puedo explicar por qué pero tienen la capacidad de darme la mayor confianza en la moto. Los mecánicos están por delante pero Aki es el que tiene la capacidad de transmitir esa pasión y esas ganas. Es algo que no pude ver bien del todo en 2011 pero que ahora con la experiencia he entendido mejor.

-¿Hubiera preferido celebrar el título en Europa?

-Es mejor estar en Japón por este motivo porque no hay demasiada gente. Los japoneses son muy divertidos y cómo me tratan ha cambiado respecto al año pasado. A lo mejor ahora tardo 20 minutos en llegar del box a mi oficina, porque la mayoría de la gente me reconoce. Tengo que decir que es mejor estar ahora lejos de la familia y los amigos porque así puedo mantener la concentración, tanto para esta carrera como para las dos siguientes. Y tengo tres semanas para asimilar lo que es ser campeón del mundo antes de volver a Francia.

-El año que vienes defenderá el título, como Rabat este año. Pelear por algo que nadie ha conseguido hasta ahora en Moto2, ser campeón dos veces seguidas. ¿Es el reto?

-Es un reto muy bonito. Como tengo una pinta seria y nadie me ve reír parece que no, pero disfruto de la vida, de las carreras, de cada fin de semana, y es algo que quiero volver a hacer el año que viene. Porque después de seis años en el campeonato nunca había tenido un año como este. Cuesta estar preparado para ganar carreras, estar preparado para ser constante, estar preparado para lograr un título. Tras siete años hemos conseguido completar un buen año y no quiero esperar otros siete para que esto vuelva a pasar. No, no es la manera en la que quiero pilotar y no es la manera en la que quiero vivir. Disfruto de la vida en Moto2 y como deportista no hay nada mejor que ir a MotoGP, pero quiero entender cómo sacar lo mejor de mí. He sido el mejor en 2015 pero el año que viene, como hemos visto con Tito, el trabajo va a ser muy duro. Si consigue hacerlo seré otra vez campeón del mundo y esto será mejor para mi futuro.

-¿Cómo de importante fue la Rookies Cup en su carrera?

-Fue importante para mí, pero no me ayudó a entrar de manera en el Mundial porque cuando yo lo gané en 2007 no era el modo directo de llegar al campeonato. Ahora es diferente, un piloto puede demostrar que es bueno en la Copa y es habitual ver a pilotos que pasan directamente de la Rookies al Mundial. Para mí fue una oportunidad muy bonita de demostrar de lo que era capaz y… bueno fue hace muchos años, pero me sirvió para correr después en el CEV, que tenía más nivel, aunque tampoco creyeron mucho en mí allí. Al final me vi que no tenía nada, pero pude seguir entrenando y gracias a la Rookies también conocí a Gabor Talmacsi, un piloto que me ayudó mucho y que por él estoy en el Mundial. Tengo que agradecerle a él y a los húngaros. Me dio la oportunidad de hacer un test y me dijo que era un gran piloto y que debía estar en el campeonato del mundo. Me abrió las puertas al Mundial en 2009, fue una gran oportunidad para mí y por eso quiero agradecer lo que hicieron en su día los húngaros, Talmacsi y la mujer de Laurent, que me acogió en su casa.

-¿Ahora se tomará las cosas más tranquilo?

-Exacto, en Aragón fue imposible relajarme, pero aquí ya he empezado el primer libre más relajado y he podido dominar como todo el año. El único modo de ganar los domingos es preparar muy bien cada entrenamiento. Pero es evidente que he logrado mi objetivo y esto me permitirá centrarme en encontrar la puesta a punto el fin de semana. Pero tampoco quiero relajarme demasiado porque, si pierdo mi concentración, Moto2 es una categoría tan igualada que perdería muchas posiciones. Además, tanta igualdad hace que puedas caer y tener alguna lesión. Ahora toda mi atención la tengo en el domingo, en ganar la carrera y así hasta final de año porque es la mejor manera de aprender de cara al año próximo.

-¿Llevará el número 1 en 2016?

-No, quiero seguir utilizando el número 5 porque el número 1 no le ha dado mucha suerte a Tito este año. Así que prefiero utilizar el número que he usado siempre y que quizás nos ayude a ser más humildes. El número 5 lo empecé a usar en minimotos en Italia, porque mi entrenador tenía un piloto que corría con el número 5 y era el mejor piloto en esas carreras que yo había visto. Fue mi referencia y mi ejemplo, así que me puse el 5 en las pocket bike. Es el que he usado siempre. Solo los dos primeros años del Mundial no pude utilizarlos porque no estaba libre. Talmacsi me cedió el 14 entonces y volví al 5 cuando quedó libre.

-¿Por qué su celebración con mortal hacia atrás cuando gana y si tiene una celebración especial prevista por el título?

-Yo no he preparado nada especial para el domingo, quizás Laurent sí que lo haya preparado. Sobre mi back flip ya lo hice en la Rookies en mi primera victoria y nunca lo había repetido hasta ahora en el Mundial. Lo bueno de volver a hacerlo es que al público le gusta mucho cada vez que lo hago y yo siento que disfruta. Así que espero que en un futuro se harten de verlo en muchas carreras, porque voy a seguir haciéndolo una y otra vez hasta que se aburran.