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RAIDS

Loeb vive sus primeros 1.000 kilómetros rumbo al Dakar

"La experiencia me ha encantado", reconoce el campeón francés de rallys tras su test con el Peugeot 2008 DKR, que no pudo pilotar Sainz por lesión.

Loeb vive sus primeros 1.000 kilómetros rumbo al Dakar.

Han sido cerca de 1.000 kilómetros. Quién sabe si simplemente el aperitivo de lo que le aguarda a Sébastien Loeb el próximo mes de enero en Sudamérica. Pero lo cierto es que el campeón francés de rallys ya sabe cómo respira el Peugeot 2008 DKR, que en 2016 vivirá su segunda experiencia en el Dakar. "He descubierto un universo totalmente desconocido, muy diferente a todo lo que he vivido hasta ahora. La experiencia me ha encantado. Veremos más adelante si puedo repetir la experiencia porque mi prioridad sigue siendo el Mundial de Turismos con Citroën y la carrera de Eslovaquia del próximo fin de semana", reconoce Loeb.

Es cierto, su objetivo actual es hacerse fuerte en el WTCC, para eso dio el salto al mundo de la resistencia en 2014, pero también lo es que Peugeot piensa en Sébastien para el Dakar. Por eso le ha brindado esta oportunidad en Marruecos, en la zona de Erfoud. Allí llegó el nueve veces campeón del mundo de rallys el pasado fin de semana. Ahí se ha unido a todo el equipo de trabajo de Peugeot Sport, con el que no ha podido estar Carlos Sainz, quien sufrió la fractura del tendón de Aquiles de su pierna izquierda a mediados de mayo.

Por eso Peugeot se decantó por Loeb. Como ya apuntamos en este mismo diario, el Plan B de la marca francesa es Loeb. Por si Sainz no se recuperara a tiempo y plenamente para afrontar el Dakar 2016 o en caso de que finalmente se disponga de una cuarta unidad del 2008 DKR cuya nueva versión debe estar lista a finales de agosto. "Desde que estuve en la jornada de descanso del Dakar 2014 quería probar un coche de raids. Luego, Peugeot volvió a la disciplina y me ofreció esa posibilidad. Y ahora ha surgido. Primero hice 30 kilómetros a la derecha de Stéphane Peterhansel y después me puse al volante con Lucas Cruz de copiloto ya que Carlos Sainz no podía hacerlo debido a su lesión", declara Loeb.

Tras sus éxitos en el Mundial de rallys, donde disfruta del mayor palmarés en toda la historia del campeonato, y de sus dos años en el WTCC, Sébastien se sube ahora a un concepto de coche completamente diferente. "Aquí vas menos envuelto en el asiento, pero sientes bien el coche y es sorprendente la velocidad. Disponer de tan pocas notas sobre el pilotaje también es nuevo. Sólo tienes la dirección y los peligros. Realmente tienes de que pilotar por lo que ves. Hay veces que pasan kilómetros entre dos notas y yo estoy acostumbrado a contar con ellas cada varios metros", confiesa Loeb. Un nuevo coche, un nuevo mundo. Quién sabe si el primer paso para su nuevo reto. ¿En enero de 2016?.