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Carmelo Ezpeleta visita AS

“El objetivo de MotoGP: 12 motos oficiales y 12 motos satélites”

Ezpeleta: “Quiero un acuerdo de cinco años con las seis fábricas que correrán en 2017, en el que se comprometerán a participar y les pagaré por ello, devolviéndolo si lo incumplen”.

El Consejero Delegado de Dorna en AS.
El Consejero Delegado de Dorna en AS.Pepe Andrés

Venir a AS es ya una especie de Pre-MotoGP para mí”, empieza diciendo Carmelo Ezpeleta en su visita número once a la Redacción. El CEO de Dorna, la empresa promotora del Mundial, lo hace para pasar revista antes de que arranque el campeonato, el próximo domingo, y oírle hablar sirve para entender cómo se gestiona en tiempos de crisis. Dan ganas de confiarle la economía de nuestro hogar, pero bastante tiene con hacer un MotoGP sano, en lo económico y lo deportivo, con unas carreras cada vez más espectaculares.

Este barcelonés, nacido en 1946, explica con detalle una de las claves para la viabilidad del certamen: “Con la llegada de la centralita única para el año que viene, y con los sensores iguales para todos, habrá más igualdad y eso hará que vengan más marcas al campeonato. KTM, por ejemplo, que tiene oficialmente por escrito el compromiso de entrar en 2017, de ninguna manera hubiera llegado si no hubiéramos hecho esto, porque ellos se consideran igual de buenos que las otras marcas haciendo pistones, bielas y cigüeñales, pero el problema con la electrónica es que no tiene límites. Una marca pone 30 ingenieros a trabajar en el ‘software’ y si no funciona, 30 más y 30 más… Eso había que pararlo de alguna manera, porque si no te mata el espectáculo”.

Hace años que el ejecutivo viene convenciendo de esta idea a las marcas y, pese a la negativa inicial que encontró, ahora dispone hasta de su colaboración ya que “la centralita va a ser como mínimo igual que la que hay ahora. Las Open son las que ya van con ella y las marcas aportarán todo lo que tienen para la creación de la definitiva, sabiendo que a partir de junio de este año se congela el desarrollo de las centralitas que ahora utilizan”.

Prefiere no compararse directamente con la F- 1, pero sabe que ahí tiene un espejo en el que mirarse, para lo bueno y para lo malo, así que no quiere cometer los errores evidentes de allí: “Este negocio es una cuestión de filosofía por la que apostar. Tienes que pensar unas carreras que se puedan hacer con el dinero que tienes, que ya es mucho, para que la gente que trabaja en el campeonato pueda vivir de ello. Los equipos, con el dinero que sacan de los patrocinadores y lo que yo les puedo dar, que es mucho más cada año, están en el campeonato”. Y da detalles de lo que Dorna aporta: “Vamos a invertir este año en el campeonato del orden de 70 millones de euros directamente en los equipos, y queremos que en 2017 sea casi un 30% más. En la Fórmula 1 se invierte más en los equipos, pero si las cosas cuestan tanto y tampoco hay límite ni con 270 millones ni con nada puedes hacer que corran. Nosotros miramos cuánto dinero tenemos para que los equipos puedan correr y sobrevivir en el campeonato”.

Y es ahí cuando, a gusto como en su casa, revela el siguiente paso que dará MotoGP para su estabilidad y mejora del espectáculo. Ezpeleta ya habló en su día en estas páginas de la necesidad de las motos CRT, luego de las Open actuales y ahora de lo que está por venir: “Lo que yo quiero hacer con las seis fábricas que van a correr en 2017 es un acuerdo de cinco años, donde las marcas se comprometan a participar y les voy a pagar mucho dinero, un dinero que me tendrían que devolver si durante la vigencia de ese contrato, por cualquier razón, se van. Ese dinero les servirá de mucho a las fábricas, pero les compromete a estar esos cinco años en la parrilla, para que no nos dejen en la estacada, y es algo que las marcas van a aceptar”.

Interesante, pero hay más: “Y otra cosa importante para 2017… Quiero que las marcas a las que les dé ese dinero sean capaces de correr con dos motos oficiales y de poner otras dos motos en el mercado para los equipos que ya existen. Así estaremos con 24 pilotos, 12 oficiales que serán dos de Honda, dos de Yamaha, dos de Ducati, dos de Suzuki, dos de Aprilia y dos de KTM, y otras 12 satélites, y los equipos no oficiales son fijos y no voy a admitir a ninguno más. Las fábricas tendrán la obligación de poner dos motos más en el mercado a un precio determinado, que pactarán conmigo, y yo haré lo suficiente para poder dar al equipo el dinero que cueste esa moto”.

Ahí Ángel Nieto, un fijo en estos almuerzos, se frota las manos al intuir un futuro con motos satélites en disposición de ganar carreras. Ezpeleta da más detalles y deja las cosas meridianamente claras: “Lo que puede ocurrir es que una marca cualquiera ofrezca esa moto satélite, en ese precio, y un equipo diga que no le interesa esa moto. En ese caso, otro fabricante aumentará su número de motos en pista hasta un máximo de seis y ese dinero de las dos motos extra irá para ellos, con lo que las marcas se verán en la obligación de convencer a los equipos, dándoles buenas motos, de que escojan la suya”. De ese modo, “en 2017 desaparecerán las Open. Todos serán oficiales o satélites y con el cambio a la electrónica única el objetivo es que el campeonato asuma el gasto de las motos de los equipos satélites y ellos tendrán que encontrar patrocinadores para cubrir el ‘running cost’, el gasto propio de las carreras de sueldos, viajes, etcétera... El objetivo es que los profesionales que viven del campeonato puedan vivir del campeonato”.

Sueldos para pilotos, lo que deriva en que siempre ha habido pilotos de pago, aunque dejando claro Ezpeleta que “en las motos no hay ni uno malo y en la Fórmula 1 hay alguno que… A excepción de Stoner, que se ha ido, ahora no queda nadie en el mundo mejor que los que hay en MotoGP, Moto2 o Moto3. Y en la F-1 sí que hay alguno en casa que podría estar. El más malo de Moto3 es un piloto de narices”.

Volviendo a las claves para una buena gestión, lo ideal es saber lo que eres en realidad, sin aires de grandeza. Lo dejó claro con el ejemplo de las Superbike que desde el año pasado gestiona Dorna: “Lo primero que tuve que hacer yo en las SBK es lo mismo que hicieron los japoneses al acabar la Segunda Guerra Mundial, que fue decirle que el emperador no era Dios. Vamos, decirle a Aprilia que lo que allí tenía era un equipo de Segunda División, porque la gente va a ver a Rossi, a Márquez, a Lorenzo, y no a ver a Guintoli, a Melandri o a Haslam. Eso es así. Y MotoGP seguiría siendo lo mismo si corriese con sus motos porque con ellas correrían Valentino y compañía, sólo que nosotros tenemos un compromiso con las marcas para que puedan desarrollar su tecnología, siempre y cuando no se pasen. Los derroches ya no son posibles y en tiempos de crisis hay que evitar que las cosas incrementen su precio”. Así sea, en beneficio del deporte.