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RAIDS

Sainz: “Intentaremos ganar; si no, no iríamos al Dakar”

El madrileño destaca el “proyecto ambicioso” de Peugeot, que vuelve al raid con un coche innovador, el 2008 DKR. “Estar respaldado por una marca oficial es una garantía”.

Madrid
José Antonio León, Rafael Prieto, Carlos Sainz y Lucas Cruz.
Rafa Aparicio

Fue el pistoletazo de salida simbólico, el verdadero arranque de la carrera tendrá lugar el próximo 4 de enero en Buenos Aires, pero a Carlos Sainz se le aprecia ya una mirada dakariana. Es ambicioso, siempre lo ha sido, está en su ADN, pero el mensaje está claro: prudencia. “Afrontamos el reto con muchas ganas e ilusión. Todos sabéis que es un proyecto muy nuevo, con un coche muy atrevido, un proyecto que tiene mucho mérito, realizado en tiempo récord. La prudencia es importante. Peugeot ha puesto toda la carne en el asador. Estar respaldado por una marca oficial es toda una garantía. Lucas (Cruz) y yo vamos a intentar recompensar todo ese esfuerzo”, comentó el piloto en la Ciudad de la Raqueta de Madrid, en un evento en el que estuvo acompañado por Rafael Prieto, nuevo director general de PSA Peugeot Citroën en la Península Ibérica.

Sainz es, junto a Stéphane Peterhansel y Cyril Despres, la apuesta de Peugeot en su regreso al Dakar tras 25 años de ausencia. Competirá junto a Lucas Cruz, de nuevo su copiloto, como en aquel 2010 que les condujo al título, y lo hará al volante de ese 2008 DKR sobre el que figura un enorme signo interrogativo al llegar al Dakar sin competir. No se han cubierto los kilómetros de test deseables, pero Carlos se siente cada vez más cómodo con ese coche de dos ruedas motrices.

“Voy con muchas más ganas que los últimos años. Respecto a las opciones reales... no tengo ni idea. Porque no hemos podido competir con otros coches, así que es difícil saber dónde estamos. Sí tenemos la sensación de que vamos a ir bien y la sensación de que en un camino, en ese tipo de terreno, vamos a perder menos tiempo que con los otros buggies”, comentó el madrileño, que acto seguido, en pilotaje didáctico, aclaró algunas de las particularidades que diferencian a ese dos ruedas motrices, el Peugeot 2008 DKR, de los buggies: “Por ejemplo, en el reparto de pesos, ya que los buggies convencionales llevan las ruedas en el eje trasero o por detrás, mientras que en nuestro caso una va detrás y otra delante. Esto es importante, porque esas ruedas son muy grandes, enormes, cada una pesa 54 kilos. En medidas también hay diferencias, tanto en el ancho como en longitud, el Peugeot es más compacto para tratar de que tenga mucha más agilidad que un dos ruedas convencionales cuando afrontamos los caminos. Y en el apartado técnico ofrece novedades como que la caja de cambios sea parte del chasis, y eso sorprende, es diferente, así como la suspensión trasera”.

Diferencias, matices que importan (y mucho) para robarle décimas al desierto. Donde hay trampas tras cada piedra (“cuando ves una etapa corta, malo; malo porque hay tomate seguro”, decía el madrileño), donde Sainz y Cruz son ambiciosos: “Vamos a intentar ganar; si no, no iríamos al Dakar”. Con eso nos quedamos.

De nuevo con Lucas Cruz de copiloto

“Lucas me da tranquilidad, nos respetamos, todo ello hace que me apetezca mucho más correr este Dakar que si lo corriera con otro copiloto”, dijo Sainz. Fueron campeones en el Dakar 2010 y ahora buscan repetir con Peugeot en un Dakar con la altitud como reto añadido. “He trabajado en hipoxia en reposo, simular esa altitud con una máscara, y en hipoxia en ejercicio”, decía Carlos. Lucas apuntaba: “La preparación física será un ‘handicap’, sobre todo en la etapa maratón. Tras la especial deberemos reparar el coche para el día siguiente y dormir a unos 3.500 metros”.