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Motociclismo | El campéon de Moto3 visitó AS

Álex: “La gente recordará por mucho tiempo este título”

Antes de afrontar al cien por cien el desafío de Moto2, el pupilo de Alzamora pasea la sufrida corona ganada en el duelo contra Miller. Estuvo en AS.

Madrid
CUMPLIÓ. Álex Márquez aseguró al acabar la temporada pasada que vendría a AS a celebrar el título de campeón de Moto3 si se coronaba y ayer cumplió su palabra.
CUMPLIÓ. Álex Márquez aseguró al acabar la temporada pasada que vendría a AS a celebrar el título de campeón de Moto3 si se coronaba y ayer cumplió su palabra. FELIPE SEVILLANO
AStv

Un piloto con memoria y palabra este Álex Márquez. “Prometí que si algún día era campeón volvería de visita a AS, y aquí estoy. Lo hago un año después, como campeón, con un sueño hecho realidad, así que estoy muy feliz y contento de poder disfrutar con los medios de este título”, aseguraba nada más llegar a la Redacción el flamante campeón de Moto3.

El ilerdense lo hizo tras una carrera de infarto en Valencia. Aquella noche, en una entrañable celebración con los miembros del Estrella Galicia, el hermano de Marc se descolgó con un divertidísimo monólogo en el que relataba cómo había vivido desde su Honda ese trance que le llevó al título. “Ahora no me sale con tanta naturalidad”, asegura con una sonrisa cuando se le pregunta si lo podría repetir, así que es un tesoro para la memoria de los que pudimos vivir in situ ese show.

La versión más seria de esa loca carrera, en la que a él le valía el tercero en caso de victoria de Miller, tal como sucedió, también merece la pena: “Fue una carrera un poco extraña. Todas las carreras en las que se decide un título lo son. Hubo tensión, toques, adelantamientos y me pareció muy bonita la guerra entre Honda y KTM. No era sólo una cosa de Miller y mía, porque por detrás se daban palos por todas partes. Cada uno defendía su posición y su marca, así que ganar el título también fue muy bonito para Honda, después de todo el trabajo en equipo que se había hecho”.

Hay que recordar que Alzamora y sus pilotos decidieron cambiar de KTM a Honda cuando la moto austriaca era la predominante en la parrilla, y también que los primeros test no fueron muy alentadores. Sin embargo, este campeón de 18 años lo tuvo siempre claro: “Yo nunca tuve dudas de Honda porque la conozco desde dentro, por el acceso que me da la relación con mi hermano, así que sabía cómo estaba trabajando para que su Moto3 fuera competitiva. Siempre tuve claro que darían el nivel necesario para ser competitivos”.

Esa fe en Honda fue correspondida con el arma necesaria para ser campeón y el premio de probar la MotoGP de su hermano. Lo hicieron juntos, en Valencia, dos días antes de que se estrenara con la Kalex del Marc VDS con la que correrá el próximo año en Moto2. “Eso me ayudó, porque cuando me subí en Jerez a la Moto2, la velocidad y la potencia me impresionaron menos al haber subido a la MotoGP”.

Para hablar de Moto2 hay tiempo y antes de ir a ello conviene seguir saboreando lo vivido en el Ricardo Tormo... “La última vuelta fue entretenida...”, avanza antes de entrar en detalle: “A cinco vueltas del final se complicó cuando perdí varias posiciones. Aunque iba muy encendido y acabaría pasando a Vázquez sí o sí, fue un detalle en ese momento que me animara y me dejara pasar. Me alegra mucho que haya sido un final de campeonato tan sufrido, porque me pasó como a Emilio (Alzamora) con Melandri y eso hará que la gente lo recuerde durante mucho tiempo. Lo de Emilio fue una vuelta y lo nuestro cuatro carreras, así que la gente va a recordar mucho este título”.

La historia no se decidió hasta la última vuelta, y ahí el peligro era Kent, que quería arreglar para Miller el destrozo que le hizo en Motegi... “Sabía que Isaac (Viñales) no pasaría a Miller. Antes de la carrera no lo tenía tan claro, pero ya desde la primera vuelta vi que era piloto KTM y que defendería a Miller. Lo que yo intenté es quedarme detrás, pero tuve que darlo todo hasta la última vuelta, porque venía Kent detrás para quitarme el tercero. Estaba pegado, pero las dos curvas finales yo las hacía más rápido y él cometió un error que me permitió entrar en meta más tranquilito”, recuerda sin que se le borre la sonrisa del rostro.

No podía faltar la pregunta sobre la dureza mostrada por Miller en Malaisia, sobre si pecó de tierno y si tuvo la tentación de entrar en su juego: “Ahora lo piensas y, en frío, me pregunto por qué no entré yo en ese juego. Pero tenía 20 puntos de ventaja y quería jugar con eso. Por eso quise aguantar en pie, sabiendo que llegaría con puntos de ventaja a Valencia (11) y que podría luchar allí otra vez contra él. Mantuve la calma y es cierto que a lo mejor tuve demasiada paciencia, pero es como sentí que tenía que hacerlo”.

Y dicho todo eso sobre, probablemente, la carrera más apasionante de la temporada, incluyendo las tres categorías, llega el momento de hablar de su salto a Moto2. Arrancó leyendo el mensaje que la semana pasada nos dejó en su visita Tito Rabat, porque había unas letras para Álex. Las leyó él mismo en voz alta: “Si en 2015 me proclamo bicampeón de Moto2 vengo a celebrarlo con vosotros a AS! (Álex, el año próximo te ahorro una visita. Je je je!!!!)”. Se lo tomó bien: “Me la mete, ¿eh? Pero tengo respuesta para él”. Y escribió raudo su promesa para nuestro muro de los campeones: “Si algún día soy campeón de Moto2 volveré a AS a celebrarlo con todos vosotros! (Y si soy campeón en 2015 vendré con Tito para que no entrene tanto en Almería, para robarle tiempo)”.

Huelga decir que el intercambio entre ambos es de buen rollo, porque forman junto a su hermano Marc el ‘Rufea Team’ y difícil será que rompan su magnífica relación. “Somos amigos, amigos de box, y dentro de la pista cada uno mira por lo suyo. Ahí no hay amigos y cada uno tiene que hacer su camino”, asegura como aperitivo de sus primeras sensaciones como piloto de Moto2. Y destaca: “Todo es muy diferente, porque es el doble de potencia, la moto es más pesada y más cosas, pero estoy contento. En el último entrenamiento, el de Almería, ya cambié el estilo y me adapté un poco más a como se lleva una Moto2. Los tiempos no están mal. Hay que mejorar, claro, pero no están mal y las primeras sensaciones encima de la moto son buenas”.

Tiempos. Lo que todos miran, y en ellos su antiguo compañero, Álex Rins, que sube con el equipo Pons, de momento ha estado delante suyo... Se lo recordamos a ver qué dice, y no se altera lo más mínimo: “Bueno, hasta que no lleguemos al último IRTA, con los transponders y todos con los mismos motores no se verá la realidad. El referente el año que viene es Tito y a lo mejor Rins, que fue rápido desde el principio, también puede luchar, pero el referente es Tito. Es el que tiene toda la presión y el que la ha de asumirla”.

Dos años por delante tiene firmados en Moto2, tal vez como antesala de MotoGP, donde reina su hermano. “Ojalá podamos competir algún día juntos en MotoGP. Ser el hermano de Marc supone una presión extra. Ayuda a abrirte puertas, claro, pero si luego no lo aprovechas no sirve de nada. Yo me centro en lo mío y disfruto de este título de Moto3, del que espero sea el primero de unos cuantos más, aunque es difícil saber qué pasará”, remata.