Pendientes de revancha en el rancho de Tavullia

A finales de 2011, Valentino Rossi vio cómo se hacía realidad uno de sus sueños: la creación de un rancho al estilo de los estadounidenses en el que poder entrenar a diario haciendo dirt track. Se lo fabricó a medida, al lado de casa, a la salida de Tavullia, en un valle con una importante extensión en la que derrapa y derrapa sin parar en busca de ser cada día un poco más rápido. Lo bautizó con el nombre de VR46 Motor Ranch y a él acuden sus amigos y los jóvenes pilotos italianos a los que en los últimos tiempos ayuda a crecer. Se lo pasa en grande allí, pero tiene una espinita clavada, conseguir que Marc Márquez lo visite para poder medirse allí codo con codo y fuera del foco de las cámaras.

Hace tiempo que el italiano ha invitado al español y, por una razón u otra, aún no han podido materializar esa ilusión mutua, pero eso podría cambiar entre hoy y mañana. Ambos tenían previsto hablarlo anoche y, en un principio, el vigente campeón de MotoGP estaba por la labor: “La caída no altera los planes que han surgido en el último momento porque, evidentemente, en casa de Valentino no hay Honda y me han dicho ahora que ha llegado la mía. Tengo que hablar con él para ver si me deja ir, pero la carrera de aquí no altera nada. No sé que día lo haríamos, no sé si será mañana (por hoy) o el martes, pero el miércoles seguro que no porque tengo que estar en casa por un evento. ¿Si habrá pique? No, no, al final es su casa y sólo vamos a ver si nos lo pasamos bien y conocer qué es el famoso Ranch...”.

Nadie puede dudar que si los dos coinciden en el Ranch habrá pique y casi hasta una posible revancha de la carrera de Misano. Sin embargo, poco antes del cierre de esta edición nos aseguraban que la cosa estaba muy en el aire, porque igual se posponía para evitar lesiones inoportunas en una fase tan importante del campeonato, algo comprensible por otra parte.