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Motociclismo | Reflexiones del Líder de MotoGP

Márquez: “Celebro cada triunfo como si fuese el primero”

Márquez atiende a AS para hablar de muchas más cosas que de carreras y con una confesión sincera que le define: “Las personas que más admiro son mis padres".

Mugello
Marc Márquez.
Repsol Media

—Esta vez me he traído algunas preguntas por escrito.

—¿Por qué? ¿Se pone nervioso? (Primera carcajada).

—Claro, es que como ya es campeón de MotoGP intimida un poco más…

—(Más risas). Seguro, seguro, sobre todo a usted.

—¿Sabe que su número, el 93, se ha convertido en símbolo del madridismo después de la final de la Champions?

—¿Por?

—Porque fue justo el minuto en el que Sergio Ramos marcó el gol que le dio vida al Madrid.

—Claro, el 93, el número de la suerte. El 93 es el mejor. (Vuelve a reírse).

—¿Dónde vio ese partido y cómo lo vivió?

—En el bar de la esquina de mi casa, cenando con los amigos. El bar se llama ‘La masía’ y podía poner los ojos en el plato además de en la tele, porque no estaba muy nervioso.

—¿Con quién iba?

—Empujábamos un poquito más al Atlético...

—¿Cuánto de atento estará al Mundial de fútbol y qué espera de esta España que defiende título?

—El Mundial sí que me gusta, porque son selecciones y la gente de cada país está empujando por el mismo equipo. España llega fuerte, pero para mí es una lotería y depende de cómo lleguen los jugadores físicamente y el nivel que tengan. Veo fuerte a Brasil. Estos últimos años no le ha ido bien, pero esta vez sí es favorita.

—En Argentina le llamaron el Messi de las motos, aunque yo prefiero decirle Maradona...

—Honestamente, como no viví la época de Maradona no sé cómo era. He visto vídeos, pero no le he visto jugar en vivo, así que no sé... Es difícil comparar el carácter y la progresión que llevas. Yo no me puedo comparar con Maradona o con Messi. Su trayectoria no es la mía. Claro que puedo apuntar, pero luego hay que llegar.

—A Messi le supera en que él no ha ganado ningún Mundial…

—(Se ríe). Sí, pero ha ganado la Bota de Oro, el Balón de Oro y todo lo que se puede ganar individualmente.

—¿Qué tal se maneja con el balón o con otros deportes que no tengan que ver con la gasolina?

—Bastante bien. Me gusta el deporte en general y el balón de fútbol es el que más me gusta. Me encanta echar pachangas con los amigos.

—¿De qué juega?

—De lateral.

—¿Derecho o izquierdo?

—De las dos maneras, porque tampoco somos especialistas. Tiramos el balón y corremos detrás de él....

—¿Cree que habría podido destacar en otro deporte?

—Como lo he hecho en el motociclismo no lo hubiera hecho en ningún otro deporte. Tienes un talento y lo vas trabajando, pero no tienes el talento para hacer todo lo que te apetezca. Estaba claro que las motos eran mi sitio. ¿Otro deporte? El mountain bike, el ciclismo y el fútbol me gustan mucho, pero hubiese llegado como mucho a un campeonato provincial.

—¿Qué le habría gustado ser de no haberse convertido en piloto de motos?

—Desde pequeñito tenía claro que piloto de motos, o mecánico o lo que fuera en las motos.

—¿Y qué le gustaría ser el día que deje de serlo?

—Depende de cómo me haya ido.

—Ya le digo que mal no va y que dinerito tendrá…

—(Se ríe). Mal no va y esperemos que así sea, pero nunca se sabe. Me gustaría seguir involucrado en las motos, porque es el mundo que amo y me gusta. Cuando me retiré, que no sé cuándo será, no querré cambiar para nada.

—¿Y hasta cuándo se ve compitiendo?

—Difícil decir. Espero que, si me sigo divirtiendo, me siguen acompañando los resultados y los equipos me quieren, pues hasta que el cuerpo aguante. Pero esto es relativo y depende de tu motivación. Ahora mismo me veo corriendo hasta los 35 o 40 años y lo que me pidas, pero no sé cómo llegaré.

—¿Qué es mejor, tener un libro con el prólogo de Spencer o uno con el prólogo de Rossi y el epílogo de Márquez?

—(Se troncha de la risa). ¡Qué pregunta! Personalmente, por lo que ha pasado y por lo que se ha hablado de Freddie, hace mucha ilusión tener un libro en el que hable de ti Spencer. Pero los dos libros son muy valorados.

—Evidentemente, su libro se va a vender mucho más que el mío y le deseo el mayor de los éxitos con él. ¿Qué podremos leer que no se sepa ya de Márquez en ‘Sueños que se cumplen’ que se presenta la semana próxima?

—En lo que más se centra el libro es en el año 2013, en el que se vivieron muchas cosas. Dentro del box, carrera por carrera, lo que se vivió desde casa, entrenando… Es un resumen de 2013.

—¿Cuál es el primer recuerdo que se le viene a la cabeza de ese año de su coronación en MotoGP?

—Cruzar la línea de meta en Valencia. No sabía qué hacer, pero recuerdo ver a todo el equipo subido al muro, incluso gente de otros equipos también, y fue muy bonito.

—¿A quién admira dentro de las carreras?

—Siempre lo he dicho, admiro mucho a Rossi, por todo lo que ha hecho por el motociclismo, por lo que está haciendo y por llegar a los 300 grandes premios siendo favorito todavía. Esto es lo que admiro más.

—¿Y fuera de ellas?

—(Se lo piensa unos segundos). A mis padres, porque piensas fríamente y era una familia trabajadora de toda la vida, que siempre estaba trabajando y empiezan con un niño, que va creciendo, de golpe aparecen aquí y admiro cómo lo están llevando todo, porque siguen siendo los mismos y esto es lo más importante.

—¿Sigue viviendo en casa de sus padres?

—De momento sí.

—¿Cómo se las apaña para hacer alguna fiesta en casa o llevarse a algún ligue?

—(Se ríe). A casa no llevo ningún ligue. (Otra enorme carcajada). No lo llevo, porque están los padres.

—¿Cómo lo hace entonces?

—Tiras de lo que encuentre en ese momento, como hace todo el mundo. (Las carcajadas impiden que siga hablando y se lleva las manos a la cabeza mientras sigue riendo y encuentra una salida en sus amigos). Y con los amigos, nos vamos a casa de otros o nos vamos a algún bar donde nos cierran una salita.

—¿Se puede vivir como siempre siendo ya una figura de dimensión mundial?

—Todo el mundo te dice que tienes que seguir viviendo donde siempre y haciendo lo mismo de siempre, pero es imposible. Al final dicen que cuando ganas cambias y te vas, pero es difícil seguir siendo el mismo. Puedes mantener el entorno y las amistades, pero es difícil seguir haciendo lo mismo. A mí me gustaría poder pasear de vez en cuando o ir a un sitio tranquilo, pero también sé que es por los fans por lo que estamos corriendo.

—¿Continúa la palabra miedo sin hueco en su vocabulario?

—Yo tengo respeto a muchas cosas, pero no miedo que no te permita hacer determinadas cosas, como la gente que tiene miedo a las alturas y se bloquea. Eso es miedo y de momento no me ha pasado.

—¿Y qué es lo que más respeto le produce?

—El mar. La playita va bien, con los pies en el suelo vale, pero el mar, la profundidad, tanta agua, oscuridad, bichos abajo...

—¿A cuánto ha puesto el BMW M6 que ganó el año pasado por las poles?

—Me lo dieron hace dos semanas y sólo llevo 600 kilómetros con él. Lo fui a probar al circuito de Alcarrás y los 260-280 sí los cogía…

—¿Y qué diferencia nota a esa velocidad entre la moto y el coche?

—Es diferente. A veces me pasa cuando vengo de la MotoGP, que llegas al aeropuerto, coges tu coche y nada, enseguida vas a más de 120 km/h y tienes que frenar. La sensación de velocidad cuando vuelves de una carrera, en coche es menor.

—Le pregunté en Argentina si podía ganar todas las carreras y se ha convertido en pregunta de moda.

—Sí que me lo han preguntado bastante. Yo creo que la gente lo ve fácil y esto de fácil no tiene nada.

—¿Le preocupa que ganar tanto quite valor a lo que está consiguiendo ahora?

—Celebro cada victoria con el equipo como si fuese la primera, porque lo que no queremos que pase es que nadie se crea que lo normal es que gane Márquez. Es que no es normal. Ganar es ganar y si ganas tienes que disfrutar, porque seguro que en el futuro llegarán momento peores.

—De todas las preguntas que le he hecho, hay una que la ha encargado su hermano, Álex. ¿Cuál ha sido?

—¿La de a quién admiro más?

—No. Otra oportunidad...

—A ver… (Se lo piensa). Es que me ha hecho muchas... ¿La del miedo?

—No. Último cartucho…

—¿La de ganar todas las carreras?

—No. Ha sido la de a cuánto ha puesto su M6… Está como loco porque se lo deje...

—Se lo dejé diez kilómetros y conmigo al lado vigilando. Es que no lo debe conducir aún. Se sacó el carné la semana pasada. Cuesta imaginar un M6 con la L… (Risas). Que aprenda con el Honda Civic, que es el que uso yo a diario.