Las palabras se repiten como mantras en su curriculum: márketing, venta, publicidad, estrategia, negocio ... Marco Mattiacci tiene 42 años y es el nuevo jefe de la escudería Ferrari de Fórmula 1. Hasta ahora vivía en Nueva York donde ocupaba el cargo de CEO de Ferrari para Norteamérica. Ahora su vida cambia. Para siempre. El ejecutivo italiano estudió en Roma, Singapur y en la Universidad de Columbia y empezó a trabajar en el sector del automóvil cuando Ford se fusionó con Jaguar en 1989.
Pero en el año 2000 le llamaron de Ferrari donde su trayectoria ya sido un éxito allí donde ha estado. Él mismo lo contaba hace poco en una entrevista: “Primero fui asignado al armado de la red sudamericana. Después enviado a Medio Oriente; allí monté el área de distribución. Luego pasé por Finlandia y Rusia, y a principios de 2000 me encargué del relanzamiento de la marca Maserati en EE.UU . A posteriori me enviaron a Asia. Cuatro años en China para desarrollar el mercado, recuperar el japonés de las manos de los importadores privados y desarrollar toda la región del Pacífico. Finalmente me trasladaron a EE.UU. con el cargo de CEO para todo el continente, el área más grande para la firma. Tenemos alrededor de 40.000 clientes en ese país, y el desafío de desarrollar Latinoamérica”.
El reto se ha saldado con un incremento de ventas del 9% el pasado año, el mayor de toda la historia y con Estados Unidos como el país donde más coches de Maranello se venden en el mundo. Todo eso está en su haber, en el debe que nunca ha trabajado en un mundo tan intenso como la Fórmula 1. Pero Marco ama el escudo de cavallino casi sobre todas las cosas y confía en sus posibilidades. “Ferrari tiene grandes oportunidades. Una marca increíble, productos sobresalientes, grandes ingenieros , una herencia; está destinada a ser la firma dominante de la industria. La gente ama a la marca; hay pasión verdadera”, explicaba. Y en sus palabras también hay sitio para las carreras: “Siempre estaremos en los circuitos de carrera, ganando”. Ganar. Ese verbo olvidado en Maranello que ahora quieren volver a conjugar. Suerte, Marco...