FÓRMULA 1 | SIGUE LA POLÉMICA
La polémica se mantiene en torno al dichoso caudalímetro
Red Bull sigue manteniento su inocencia tras la descalificación de Ricciardo en Australia, mientras la federación insiste en que su sistema es correcto.
En primer lugar. Definición del caudalímetro de la F-1. Es un aparato que mide mediante ultrasonidos la velocidad por la que pasa el combustible. En el sensor de la Formula 1 tiene una entrada y salida para el combustible, un conector múltiple que utilizando el protocolo de comunicaciones de la F- 1 envía los datos a la ECU que a su vez lo hace al módulo de comunicaciones y por radio al equipo y a la FIA. En teoría el sistema es fácil.
El problema es que deben ser calibrados y ahí existe otra cuestión a resolver, ya que los combustibles varían en cada equipo por lo que hay una calibración para cada gasolina y cada equipo. Una empresa independiente los distribuye a las escuderías y otra los calibra, en concreto Gill Sensors y Callibra, respectivamente. Pero además hay una especie de copia de seguridad en caso de que el aparato se rompa y son precisamente los datos de los equipos. Así lo explicó ayer Fabrice Lom, que fuera ingeniero jefe de Renault y que asistió a Red Bull en los últimos años y ahora trabaja en la FIA. “Estamos aquí para explicar el funcionamiento del caudalímetro y no para hablar del caso especifico de Red Bull”, dijo. El técnico explicó el margen de error que se sitúa en torno al 0,25% y sobre todo iinsistió en la justicia de este sistema: “Es igual para todos los equipos, para todos los coches y todos los pilotos, es un caudalímetro que funciona correctamente y tiene todas las garantías”.
Sin embargo, en Red Bull no opinan igual. Y además Ricciardo volvió a tener problemas en ese sentido. “No estamos en una situación cómoda, vamos a intentar trabajar con la FIA, pero hay otros equipos que también les pasa como Toro Rosso y también a Sergio Pérez. El problema es que hay una deriva constante en el sensor de flujo, si es del 0,25% está bien, pero si es del 2% es demasiado y no se puede consentir”, explicó Christian Horner. Red Bull sostiene que los sensores de Australia estaban defectuosos y el límite de 100 kilogramos por el flujo de combustible por hora es una directiva técnica en lugar de un reglamento y, por tanto, no se puede aplicar.
Pero hay más discrepancias, según ha podido saber AS. Mientras Charlie Whiting afirma que el caudalimetro de Red Bull no sufrió ningún problema en Albert Park, es Adrian Newey quien cree que aquí no se repetirán porque en Australia la pieza estaba averiada. Problemas y más problemas. Y mientras Mateschitz amenazando con dejar la F-1.