Carlos Sainz: “Este desafío es de los que a mí me gustan”

Estaba feliz. Y no porque estuviera en los Campos Elíseos. Carlos Sainz se inventa un nuevo desafío en su carrera, esa que tiene dos Mundiales de rallys y un Dakar entre otros hitos, y eso le pone buena cara al madrileño. Lógico.

-¿Por qué se ha decantado por Peugeot?

-Lo que está claro es que para intentar hacer algo en el Dakar, y lo sé por experiencia, estar en un equipo oficial es importantísimo. Lo hemos intentado por otro lado estos dos años y el hecho de que entre Peugeot, un equipo oficial, con la historia que tiene detrás, que siempre que se vuelca en algo en el mundo de la competición lo ha hecho bien, es una gran oportunidad. Hasta ahora me había tocado pelearme con Peugeot, por fin, aunque sea un poco al final de mi carrera deportiva, hemos unido fuerzas. Y es un desafío de los que a mí me gustan.

-¿Qué sabe del coche?

-He visto cosas, pero no puedo hablar mucho de él. Lo que sí puedo decir es que es un coche bastante radical. Es típico de Peugeot, no ha seguido ninguna línea y va a ser un coche con mucha personalidad. Muy bonito y a nivel técnico con cosas diferentes. Eso tiene sus riesgos, pero supone un gran desafío.

-¿Hasta qué punto curten los dos años del buggy y hasta qué punto recupera Sainz la sonrisa?

-Creo que este primer año va a ser duro y siempre poner un coche a punto para ganar un rally como el Dakar no va a ser fácil. Por eso digo que nuestro peor enemigo en este caso es el tiempo. Lo sabemos por Volkswagen, porque Volkswagen tardó unos cuantos años en ganar el Dakar. Yo confío en que Peugeot requiera mucho menos, pero ganar el Dakar es muy difícil. Y sobre todo hay un contrincante que lleva muchos años y esa experiencia no se puede comprar, hay que pasar por ella. Pero en el equipo se respira pasión. Ha hecho la historia del mundo del motor en Europa y eso se nota.

-¿Cuál es el programa, cuándo tendrá ese coche en sus manos?

-La idea es que a mitad de año, hacia junio, será el roll out.

-Ahora también es profesor de Despres, ¿qué le ha dicho?

-Para él se presenta un desafío doble, por pasar de las motos a los coches. Él, como otros pilotos de motos, llega a los coches pero con una parte de los deberes muy bien aprendidos. Toda la parte de la navegación, esa zorrería de conocimiento del desierto, esa estrategia. Eso a Cyril no se lo quita nadie, así que su reto es el cambio en la tracción.

-Lo que queda claro es que con 21 años se puede tener ilusión, como le ocurre a Marc Márquez en motos, pero también se puede tener con alguno más...

-Yo creo que sí, es evidente, si no, no estaría aquí. La necesidad no la hay, pero sí creo que es un reto muy bonito y me encuentro todavía con ganas de hacerlo. Espero hacer las cosas lo mejor posible para no defraudar a nadie. Correr para Peugeot motiva y yo voy a luchar para ganar. Yo me he movido siempre por desafíos. Esa es la salsa, la gracia de lo que es la competición. En los proyectos en los que he estado siempre he tratado de hacerlo lo mejor posible, de aportar mi granito de arena, como el resto del equipo. Pero sí es cierto que con casi todos los coches que he tenido he conseguido ganar, y cuando hablo de todos los coches me refiero a coches oficiales.

-Al margen de las ruedas y los motores, como vecino de Cebreros, ¿qué ha sentido con la muerte del expresidente Adolfo Suárez?

-Era amigo suyo, también de su hijo Adolfo, y creo que, como ha ocurrido a todos los españoles, con la perspectiva del tiempo nos hemos dado cuenta de lo importante que ha sido para este país. Si a eso le unes el afecto personal pues lo he sentido mucho. Creo que nos ha recordado un poco lo que se espera de los políticos; espero que todo eso que se está hablando de Adolfo Suárez sirva un poco para que los políticos actuales se den cuenta de que los españoles necesitamos ese tipo d políticos y no la línea de ahora, que estamos un poco decepcionados.