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Automovilismo | Nascar

Earnhardt gana por 92 milésimas una emocionante Daytona 500

El piloto de 39 años, al volante del Chevrolet 88, se impuso ante 146.000 espectadores en un emocionante final. La mítica cita duró once horas y acabó casi en la medianoche.

Actualizado a
En las gradas no cabía un alfiler para presenciar en directo la 56ª edición de la mítica carrera disputada en el óvalo de Daytona Beach.

La gran carrera americana dio el pistoletazo de salida a la Copa Sprint de la Nascar y, como siempre, cumplió con todas las directrices que han hecho de la Daytona 500 una de las citas más míticas del automovilismo en el mundo. Y es que la 56ª edición de la cita que se disputa en el mítico óvalo de Florida, la conocida como Superbowl del motor, tuvo ingredientes para firmar un aceptable guión de superproducción hollywoodiense.

El sol daba la bienvenida a los 43 participantes con un homenaje del poleman, el novato Austin Dillon, al heptacampeón Dale Earnhardt Sr. portando su mítico dorsal 3 que nadie había llevado desde el fallecimiento de Intimidator en la última vuelta de la última curva de la edición de 2001. 38 vueltas tranquilas sucedieron al banderazo de salida dado por el actor norteamericano James Franco y que dieron paso a la llegada de la lluvia que detuvo la carrera. Ese agua inicial acabó siendo un tornado que paralizó la prueba casi seis horas y media e hizo que el desenlace llegara pocos minutos antes de la medianoche...

Un final igualadísimo en el que tras casi once horas de carrera del ganador, Dale Earnhardt Jr, al décimo clasificado, Casey Mears, tan sólo hubo 808 milésimas. Y del primero al segundo en meta, Denny Hamlin, únicamente 92. Una victoria del menor de la saga Earnhardt, la segunda del piloto de Carolina del Norte tras la lograda en 2004, que superó el tributo inicial del novato Dillon al honrar con el triunfo a su padre... y, de paso, se sacó la espina de tres segundos puestos en 2010, 12 y 13, además de en la edición de 2001: “No puedo creerlo, este triunfo es mejor que la primera vez, apuesto que nadie ha gritado tanto aquí tras la meta en treinta años”, decía Dale Jr. que, de paso, cerraba 55 carreras de la máxima categoría de la Nascar sin conseguir la victoria tras la que había logrado en Michigan en 2012.

Un éxito que hizo que los 146.000 espectadores que abarrotaban las gradas y que soportaron estoicamente el aguacero y la gran cantidad de horas se pusieran en pie y disfrutaran vitoreando a Earnhardt Jr, uno de los grandes ídolos actualmente del certamen en EE UU. Como prueba de la popularidad del conductor del Chevrolet dorsal 88, que salía noveno en parrilla y lideró 54 vueltas, un dato contundente: el piloto de 39 años ha sido elegido once veces consecutivas, de 2003 a 2013, como el más popular.

El primer líder de la temporada fue el gran triunfador en Daytona en una carrera en la que no faltaron grandes colisiones, como la que acabó con las opciones de la única fémina, Danica Patrick, así como de otros trece coches. Un espectacular choque que fue superado en espectacularidad por otro, a falta de dos vueltas, cuando en plena batalla por la victoria seis vehículos enterraron sus opciones en un sprint lanzado sin compasión que ya no se detuvo y que finalizó con el triunfo de Earnhardt Jr. La 56ª edición ya es historia y sólo ha sido el inicio de un campeonato en el que otro mito viviente, Jimmie Johnson, buscará lograr el séptimo título que sólo poseen el malogrado Earnhardt Sr. y Richard Petty.