Barreda completa su vía crucis y se desploma en la general

Lo que todos los pilotos del Dakar intentan evitar, sea como sea, es un día malo. Un día malo tira por la borda todo lo armado durante dos semanas, en el caso de Joan Barreda el carrerón con el que ha mantenido en guardia a todo un campeón como Marc Coma. Un día malo... Llegó rumbo a El Salvador, que desde ayer hará torcer el gesto al piloto de Torreblanca (Castellón). Joan puso pie a tierra en el kilómetro 264 de la especial. Ya no volvió a ser feliz sobre la moto. Porque a partir de entonces la etapa se convirtió en un vía crucis en el que Barreda avanzaba muy lentamente por la arena mientras sujetaba la cabeza de la horquilla de su moto. Intentó repararla, pero pareció no aguantar. Para mayor grandeza, el revés llegaba en las dunas, esas por las que había volado Laia Sanz, de nuevo extraordinaria con su 12º lugar en la etapa y el 16º en la general.

Barreda no se rindió y llegó a meta, pero lo hizo cuando sus grandes rivales, aquellos con los que se ha peleado por la victorias de etapa —cuatro suma Joan en esta edición— y el título ya se habían duchado y atendido a la prensa. Fue 63º, a dos horas y 29 minutos de Despres, quien batió a Coma, que sentenciaba su cuarto título (Viladoms será segundo), y a Pain. Duro, muy duro, Barreda no merecía un final así.