Peterhansel no hace caso y le quita el liderato a Roma

Son 26 segundos. Después de 8.839 kilómetros de lucha y derrape, esa es la diferencia que separa a Stéphane Peterhansel y Nani Roma al frente de la general. Se juegan el título en 157 kilómetros de especial (más 378 de enlace). Pero el ambiente está tan enrarecido, lo de las órdenes de equipo en X-Raid nos hizo perder la fe de tal manera, que no sabemos si tomarnos en serio este final de Dakar.

Ayer teníamos que respirar calma, los pilotos al volante de un Mini All4 Racing debían respetar el orden de la clasificación y no apretar. Eso es lo que nos habían prometido en la representación teatral del jueves. Pero Peterhansel ganó y, como regalo envenenado, arrebató el liderato a Roma (segundo fue Al-Attiyah, a 3:38). De dominar por 5:32, a ser segundo a 26’’. Con otro Mini, el de Nasser, tercero en la general y el enemigo común, De Villiers, a 27 segundos del qatarí.

Esta situación es la que hizo explotar al español, que sufrió un pinchazo en el kilómetro 20 de la especial: “Ya dije ayer que no había órdenes de equipo y nadie me creyó. Una cosa es pedir que se asegure el podio en el equipo y otra ordenar parar para que gane otro, como pasó en 2007. Pero Peterhansel es muy inteligente y ha jugado sus bazas. Yo hoy tampoco he visto órdenes por ninguna parte. Este es el ‘show business’ del Dakar. Está claro que al director de carrera le toca las narices que Roma esté delante. No entiende nada de nada. Le toca las narices que yo gane esta carrera. Estoy seguro de que con otro apellido las cosas serían diferentes. Lo que pasa es que soy español y no francés”.

Por su parte, Peterhansel dejó claras sus intenciones para hoy: “Ya me paré una vez y no me voy a parar más. No sé qué más puedo hacer”.