Nani Roma y Marc Coma siguen como líderes tras el doblete galo

Tras la tempestad llega la calma. En algunas cosas el Dakar es tan normal como la vida misma. La pena, el dolor, es que mientras uno busca a Alain Duclos en la línea de llegada o a Nani Roma en cualquier punto de paso, una noticia te pasa por encima. Ayer fue la muerte de Eric Palante, un piloto belga que no entendía otros eneros que no fueran de arena. Descanse en paz. Fue el golpe duro y seco a una carrera que alcanza su jornada de descanso con más de un favorito pidiendo la hora.

Ayer no hubo kilómetro 162, o si lo hubo no se cobró el peaje que en la jornada del jueves, donde se grabó a fuego en Cyril Despres o Carlos Sainz, sin ir más lejos, dos de los pesos pesados del Dakar, sea cual sea su edición. El kilómetro 162 entre San Miguel y Salta fue uno más de los 464 que condujeron a la victoria a Alain Duclos en la categoría de motos. De nuevo la sonrisa de oreja a oreja en Sherco, marca que se ha colado en ese baile que algunos reservaban únicamente a KTM, Honda y Yamaha; de nuevo la satisfacción para Duclos, que ocho años después vuelve a embolsarse una victoria de etapa en el Dakar. Desde Bamako, en Malí, hablamos de 2006... aquel año jugaba en casa el piloto francomaliense.

También entonces, Marc Coma lideraba la general rumbo hacia el que sería su primer título en el gran raid. Ahora domina con 42:17 sobre Joan Barreda, que ha ido de más a menos, que ha visto cómo a medida que entraba la navegación en escena se tambalea su castillo de naipes. Pero Joan está ahí, la carrera sigue viva. Ayer solventó de la mejor manera una especial rápida y con mucho fesh-fesh. Y lanza un aviso a navegantes: “La posición es muy buena para entrar en Bolivia con el grupo de delante. Y con la seguridad de estar en el mejor equipo y con la mejor moto, por ello mi único objetivo es la victoria. Quienes me conocen saben que voy a ir a por ella con todas mis armas y sin descanso”. En Torreblanca, Castellón, se agarran a él. Bang Bang no piensa rendirse. Duclos (tercero, ya a una hora de Coma) y Jordi Viladoms (cuarto, a una hora y ocho minutos) siguen la estela en esa arena que allá por Atacama querrá ser protagonista de neón. Y en la que no estará el chileno ‘Chaleco’ López, que ayer tuvo que abandonar.

En coches, el abanico se cierra algo más. También ahí hay un español en lo más alto, Nani Roma, que solventó de la mejor manera una de esas etapas/trampa, 424 kilómetros de especial que bordeaban la famosa Ruta 40, territorio en esencia del raid argentino. Nasser Al-Attiyah, segundo ayer, está cuarto en la general a una hora y 24 minutos, mientras que Carlos Sainz, quinto, es sexto a dos horas. Tan lejos... Roma fue fi el a lo que nos confesaba en vísperas del Dakar: “Peterhansel comete errores, pero los paga muy poco. En el último año, además de ganar carreras, he aprendido a gestionarlas”. Esa lección la tiene bien aprendida. Errores puede haber, claro, pero no errores XXL.

Su modelo a la hora de leer la carrera es Peterhansel y precisamente fue su compañero en el X-Raid quien se llevó la etapa. Lleva 63 en su periplo dakariano, busca casa en la que guardar nuevos trofeos. La victoria en Salta le permite dar un mordisquito a la ventaja que hace líder a Roma. Treinta y tres minutos les separan. Y 3.000 kilómetros de especiales, así, exactos, son los que quedan hasta Valparaíso. ¿Muchos? ¿Pocos? Duros, eso seguro.