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Automovilismo | Época difícil por la crisis

"No siempre van a la Fórmula 1 los pilotos con más talento"

Alfonso de Orleans-Borbón fundó y preside Racing Engineering, equipo español que en 2013 ha ganado GP2 con el suizo Leimer. Explica cómo ve la actual situación.

Alfonso de Orleans-Borbón, presidente de Racing Engineering. Ha logrado el título de GP2 con el suizo Leimer.
Racing Engineering DIARIO AS

—Felicidades. Título de GP2 con el suizo Leimer y tercer puesto por equipos. Misión cumplida en 2013, supongo.

—Estamos muy contentos porque hemos alcanzado nuestro objetivo de tener un piloto campeón, porque al final ése es el título con mayor importancia. Si tuviéramos también el de equipos sería fantástico, pero la prioridad era el de pilotos. Sabíamos que Leimer tenía todas las cualidades para lograrlo y lo único que hacía falta era un poco de suerte. Empezamos bien la temporada, pero Fabio se vio inmerso en varios accidentes y perdimos muchos puntos importantes y el liderato. Sin embargo, el equipo entero siguió hacia adelante con el reto de conseguir el título. Nunca hay que darse por vencido.

—Racing Engineering, con base en Sanlúcar de Barrameda, es la escudería española más asentada. Catorce años de grandes éxitos en F-3, World Series y GP2. Con la que está cayendo en España, ¿cómo mantiene su viabilidad?

—Es tremendamente difícil con el actual clima económico hacer sobrevivir un equipo, pero al final es una empresa y hay que gestionarla como tal. En estos momentos lo que no se encuentra en España tenemos que buscarlo fuera. Este año, con mucho trabajo, se han conseguido patrocinadores extranjeros que han ayudado no solo a que el equipo sobreviviera sino a conseguir el título; sin ellos, hubiera sido imposible. Tras trece títulos, hemos cambiado mucho, pero algo se habrá hecho bien para llegar hasta aquí.

—Dentro del ‘paddock’, usted es de sobra conocido, pero ¿cómo acaba el Duque de Galliera teniendo una escudería?

—Mi afición viene de muy atrás. Fui piloto y, como tantos otros, tuve que buscarme patrocinadores, negociar con los equipos... Todo ello me hizo aprender muchísimo del mundo del automovilismo y quise aplicar todo lo aprendido en un equipo y ayudar a jóvenes talentos.

—En GP2 ha habido nueve campeones y seis de los siete primeros llegaron a F-1, pero los dos últimos no parecen entrar en ningún plan. ¿Por qué se ha producido este parón?

—Con el clima económico actual es normal. Los equipos de F-1 necesitan pilotos que les traigan parte del presupuesto y, por desgracia, no siempre son los pilotos con más talento los que van a la F-1, pero sí los que más patrocinadores tienen. Eso pasa en todas las categorías excepto si un piloto está en un programa como el de Red Bull. Aun así es complicado que pilotos con gran talento y pocos recursos económicos lleguen a la F-1. Si la situación económica fuera diferente, creo que veríamos otro tipo de pilotos llegando. Es una época difícil que falsea un poco los pilotos que merecen estar en la F-1.

—Su equipo está asentado en GP2 y en 2014 regresa Campos tras hacerse con su antigua plaza. Dos escuderías españolas, pero los pilotos, pese a tener una generación brillante, cada vez tienen menos presencia... ¿Cuál es la causa?

—Se debe principalmente a la visión que tienen las empresas españolas. Todavía no ven la importancia que tiene la publicidad para el mercado. No son muchas las empresas que tienen una partida de publicidad en sus presupuestos y, por lo tanto, aún no conciben la posibilidad de invertir en jóvenes talentos que podrían hacerles mundialmente conocidas. Obviamente no se puede generalizar, pero si las empresas invirtieran más en patrocinio, dándose a conocer dentro y fuera de España, tanto su situación económica como la generación de jóvenes talentos españoles podrían tener una oportunidad.

—Por último y basándose en su experiencia, ¿qué cree que falló para que el proyecto español en la F-1 no cuajara?

—Imagino que por muchos motivos fallaron cosas. Sobre todo en el aspecto económico. En mi opinión, no era factible empezar un equipo de F-1 con el clima económico que había. Además, hubo muchas promesas de patrocinadores e inversores que no se cumplieron. Con un punto de partida así, estaba claro que sería complicado. Y no debemos olvidar que una escudería es una empresa más, que debe ser gestionada como tal y más cuando te enfrentas a un proyecto en la cumbre del motor. La F-1 es un mercado fuerte al que es muy difícil llegar y mantenerse. Es muy complicado conocer las causas por las que un proyecto empresarial no tiene éxito, pero podríamos decir que el momento elegido para un proyecto de esta envergadura quizá no era el adecuado.