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El campeón de moto2, en AS

Pol: "Iré a pasar a todos, desde Márquez a Valentino Rossi"

El menor de los Espargaró tiene claras sus intenciones ante su debut en MotoGP: “Si no cumplo las expectativas de Yamaha y las mías, no querré una moto oficial sin merecérmelo”

Madrid
Pol Espargaró estuvo en AS para contarnos sus intenciones cara a 2014
Pol Espargaró estuvo en AS para contarnos sus intenciones cara a 2014PEPE ANDRESDIARIO AS

Pol Espargaró ya era un chaval simpático antes de proclamarse campeón del mundo de Moto2 así que, con el ansiado y sufrido título en su palmarés, sólo cabía el riesgo de que se le subiera el éxito a la cabeza, pero nada más lejos de la realidad. Ayer volvió a dar muestras de su trato afable en su visita al AS, algo que prometió antes de empezar el curso si lo acababa como campeón, y reconoció que “el título es un sueño hecho realidad y algo por lo que toda la vida había estado luchando. Me ha costado muchísimo, pero con la gente adecuada a mi alrededor, trabajando muy duro y hasta el final, he conseguido mi reto y por fin somos campeones del mundo”.

Los que hayan seguido la temporada de Moto2 sabrán bien lo difícil que ha sido para este catalán de 22 años llegar hasta la cima. Para los que no lo tengan tan claro, que lo intuyan por lo que cuenta el propio protagonista: “Perdido, lo que se dice perdido, no lo he visto ninguna vez, pero sí que vi complicado una o dos veces ganar el título. Hubo dos momentos duros. Uno fue después de Mugello (ahí se quedó a 47 puntos de Redding), y no sólo por los puntos que nos llevaba Scott sino porque no me veía capaz de seguir remontando. Era muy duro pilotar la moto para mí en esos momentos. Y luego está el golpetazo de Silverstone, donde Redding ganó y yo sólo fui séptimo, poniéndome a 38 puntos a falta de cinco carreras para el final…”.
Lo más difícil de todo fue cargar con la presión de favoritísimo antes de que arrancara el campeonato en Qatar. El año anterior, Polyccio fue el único que se lo puso difícil a Márquez y de ahí que se le colgara el cartel de campeón antes de tiempo: “Sí, eso fue un problema, porque si ganaba el Mundial era lo previsto y, si lo perdía, era un fracaso, cuando en realidad quedar subcampeón del mundo es una pasada que no está al alcance de todos los pilotos. Hay muchos que terminan quintos o sextos que querrían estar peleando una sola vez por la victoria y nosotros peleamos por ello sistemáticamente los dos últimos años. El problema es que se complicaron las cosas al principio y nos costó coger el ritmo, pero lo importante es que acabamos con el uno de campeón en la moto”.

Han sido tres años dentro del box del Tuenti HP 40 y  para el de Granollers ahí estriba buena parte del secreto de su éxito, pero no es el único: “La clave está en el trabajo, en el esfuerzo y en el sacrificio de todo el equipo. También en mi hermanito, Aleix, que siempre ha estado ahí apoyándome y ayudándome incluso cuando las cosas no iban bien. Pero sobre todo cuenta el grupo y la familia, que son los que han hecho grande este campeonato y me han hecho crecer a mí cuando me empequeñecía después de alguna carrera. Cuando bajaba cabreado por los problemas que tenía con los neumáticos, ellos me decían que no pasaba nada y que había que levantarse para volver a pelear en la siguiente carrera. Ésa ha sido la clave”.

Estaba tardando en salir el nombre de su hermano mayor, Aleix, el mismo con el que el año que viene por fin compartirá pista en MotoGP. Habían corrido antes juntos en el Mundial, en el primer año de Pol en Moto2, pero ahora será en la clase reina y está por ver el trato que se dispensarán al encontrarse. Pol lo ve así: “Es complicado pensar en eso ahora. Piensas en qué hacer si te lo encuentras en una frenada al final de una carrera, pero encima de la moto las cosas cambian completamente y, hasta que no me vea en la situación, no sé qué haré. Será un año complicado si tenemos que pelear entre los dos, porque es mi hermano y le tengo un respeto especial. No es como otro piloto, con el que me tiraría sin pensarlo. Con Aleix me lo pensaría dos veces”.

Aleix estuvo de visita en AS el miércoles pasado y le preguntamos cuál de los dos hermanos preferiría que se llevase el título de MotoGP de poder ganarlo solamente uno de los dos en una ocasión. El de 25 años dijo que él, que su hermano pequeño ya ha ganado un título y él aún no. ¿Qué diría Pol ante la misma pregunta? La respuesta parece sincera: “Probablemente diría que Aleix, porque yo ya tengo uno y él no, habiendo luchado igual o más que yo. Se ha pasado incluso un año en casa y sé lo que es que no crean en ti. Así que sé lo mal que lo pasó Aleix, pero se levantó, se subió a la moto y demostró que tenía talento para estar allí. A partir de su carrerón en Indianápolis con la MotoGP la gente volvió a creer en él y ahora está con una de las mejores ‘carreras cliente’ porque se lo ha currado”.

Esa moto de la que habla el radiante campeón es la Yamaha carreras cliente del NGM Forward, algún paso por detrás de la M1 del Tech3 Yamaha que pilotará él en su primer año. Pese a las diferencias, Pol cuenta que Aleix no se corta a la hora de retarle para 2014: “Cada vez que me ve, me pica y dice que me va a pasar la mano por la cara en las primeras carreras. Me está chinchando muchísimo, pero yo me tengo que callar porque él es el mayor. Es verdad que en Cheste acabé una décima delante suyo, pero estaba estrenando la moto, con la electrónica aún sin ajustar. Tiene un margen de mejora grande y a lo mejor nosotros también, pero no sé hasta qué punto puedo mejorar yo y de él sí que sé el talento que tiene y lo que puede mejorar”.
Salvo desagradable sorpresa, las miras de Pol deberían estar más puestas en las motos de fábrica que en las Open, sobre todo teniendo en cuenta el temporadón que ha hecho en su debut en MotoGP un tal Márquez... Hace bien el nuevo rookie en querer evitar las comparaciones, pero al mismo tiempo sabe que ahí están. Así, al preguntarle si es posible hacer un primer año a lo Márquez, se quita presión: “No creo, sinceramente, por muchos factores. Este Mundial es un puzle en el que necesitas encajar todas las piezas y Márquez las ha tenido todas este año: talento, moto, el golpe de suerte que se necesita, rivales que te aprieten para ir rápido… Y puede que nosotros no tengamos todos esos factores, porque no llevaré una Honda oficial como él en el primer año, pero sí que tendré ganas, energía y no me rendiré con una Yamaha que no sé hasta qué punto será parecida a la de Lorenzo”.

En el test de Valencia, donde se quedó a 1.2 del crono de Marc, usó la M1 de Crutchlow, sin el cambio seamless que llevan los oficiales, un cambio ultra rápido que le haría la vida más fácil... “No sé si lo tendré en el test de Sepang, pero claro que me gustaría. Cuanto más parecida sea mi moto a la de Lorenzo, mejores resultados podré hacer”.

Antes de ese estreno con la M1, tuvo el honor de posar en la foto de los campeones, junto a Marc y Maverick, en una sesión de la que no se olvidará jamás: “Sientes un montón de sensaciones al verte ahí. Yo había visto todos los años de mi vida la foto de los campeones y me decía ‘este año tampoco me ha tocado y ojalá algún día salga en ella’. Este año ha sido así y me sentí eufórico y súper feliz”.

Su bautismo oficial en MotoGP será el 23 de marzo, en Qatar, donde ya se estrenaron con podio Lorenzo (2008) y Márquez (2013). Pedrosa lo hizo en Jerez (2006). ¿Lo hará él? “Me gustaría, pero es muy complicado. Es algo que ni Pedrosa, ni Lorenzo, ni Márquez, ni Rossi (él debutó con caída en Suráfrica 00) se lo planteaban en la pretemporada. Tengo que pensar en hacer mi trabajo poco a poco y conocer la moto. Aún no he trabajado con la electrónica ni con todo eso… Me queda tanto trabajo por hacer que aún no soy consciente de lo que puedo lograr con esta moto. Lo que más me ha impresionado de la MotoGP es su potencia, que es increíble, pero también la facilidad con la que se conduce. Te deja ir acorde con tu estilo y hacer lo que quieras con ella, no como pasaba con la Moto2, porque por su peso y por su motor te pedía más cosas. La MotoGP te deja hacer una frenada fuerte o un paso por curva rápido y veremos cómo me puedo adaptar a ella y ella a mí”.

Para adaptarse tendrá tres sesiones de pretemporada en las que poco le importará lo que hagan los demás. Sin embargo, ya en carrera, llegarán los duelos personales y apetece saber a quién le daría más gusto adelantar. “A mi hermano, porque llevamos un pique importante”, afirma en un primer momento antes de matizar: “Bueno quiero pasar a todos, empezando por Márquez y terminando por Valentino. El objetivo de todos los que estamos con moto semi oficial es pasar a los oficiales, a los que están delante. Si hago malos resultados, nada importará que tenga contrato con Yamaha en vez de con el equipo. Si no cumplo las expectativas de ellos y mías no querré una moto oficial sin merecérmelo en el futuro”.

Pues no se hable más entonces salvo para desearle suerte y despedirle como él mismo hizo con nosotros: “Uves y ráfagas”. ¿Dónde habré oído eso?