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Automovilismo | La intrahistoria

Stoneman esquivó a la muerte y regresó con un podio en GP3

Sufrió un coriocarcinoma que al expandirse le produjo 250 tumores. Superó el cáncer. En Abu Dhabi, el pasado fin de semana, regresó al máximo nivel en GP3.

Stoneman en el podio de GP3.
GP3SERIES

Hay historias de superación y luego está la de Dean Stoneman. El británico de 23 años iba lanzado a la élite del automovilismo en 2010 tras arrasar en su debut en F-2, hacer un test con Williams y firmar por ISR para las World Series con Ricciardo de compañero. La alfombra roja hacia la F-1 estaba bajo los pies de un talento de 20 años al que expertos de su país veían como el sucesor de Button y los que le seguían desde el kárting lo comparaban con Senna.

Pero tras firmar en Praga el contrato para la 3.5 visitó a un gastroenterólogo ya que llevaba meses con malas sensaciones y síntomas como acné y ardor de estómago que diferentes médicos achacaban a normales cambios hormonales. Hasta que vomitó sangre. Le diagnosticaron coriocarcinoma, un raro cáncer testicular muy agresivo y casi inmune a la medicación que se extiende rápido por la sangre. Le afectó a pulmones, hígado, riñón, abdomen y cerebro. En el estómago tenía un tumor del tamaño de una pelota de tenis, uno de los 250 que había en su cuerpo. “Estuve a siete días de morir y a dos horas de perder las piernas y los riñones”, relata Stoneman al que le dieron un 50% de esperanzas de vida.

Las sesiones médicas eran muy largas, perdió el pelo y lo peor es que el avance era casi nulo. La única opción era un tratamiento experimental: 18 horas al día, seis días a la semana, en ciclos de 21 días. Dean preguntó si tenía opciones de sobrevivir. Si la respuesta era negativa abandonaría el hospital para disfrutar del tiempo que le quedara. Eran bajas, pero había. Y Dean se agarró con una determinación ejemplar, pese a que hubo más malas noticias. Una resonancia reveló cuatro coágulos. Un simple golpe elevaba la posibilidad de sufrir hemorragias internas letales.

Tras cuatro operaciones venció al cáncer, pero le dijeron que difícilmente volvería a pilotar. En 2012 ganó la Powerboat P1 Superstock UK (motos acuáticas), y el pasado marzo corrió de nuevo en coches. Fue en Brands Hatch en la Porsche Carrera Cup británica. Ganó las dos mangas. En Abu Dhabi, el pasado fin de semana, regresó al máximo nivel en GP3. Fue 5º y 2º. “Siempre supe que si sobrevivía volvería a correr en coche”, afirma un joven que ahora es más delgado, pero más fuerte mentalmente. Su sueño de la F-1 ahora está lejos, pero la enorme cicatriz que le atraviesa el tórax siempre le recordará que los milagros son posibles.