Sebastian Vettel logra la pole y Fernando Alonso saldrá octavo

El aire es marrón a veces en este lugar de India. El polvo, la polución que llega desde Delhi, recuerda otros momentos, otros héroes del desierto acostumbrados a luchar contra el fesh fesh, contra los elementos, pero no tanto frente a la máquina. Pero esto sigue siendo la Fórmula 1, ese deporte considerado sólo espectáculo en este país de contrastes y enseñanzas donde se descubre lo inesperado. Lo imposible es otra cosa. Y ahí entra Vettel que hoy será campeón del mundo otra vez, cuarto título consecutivo, que hoy volverá a ganar la carrera, la sexta seguida, que ayer volvió a hacer la pole, la séptima de la temporada. Mientras...

Cuando no se tiene un coche rápido hay que intentar estrategias desesperadas, salir con los neumáticos más duros en vez de los blandos, mirar al cielo por si acaso, tener esperanzas en los milagros que a veces son imposibles. En fin...

Vettel, pole. Otra vez. Primero. Alonso, atrás de nuevo. Octavo. Es cierto que la carrera es hoy, que las cosas pueden cambiar y que quizá la estrategia de Ferrari funcione. Esperemos. En la Q2, Alonso con una vuelta excepcional se colocó segundo con su Ferrari entre los dos Red Bull, detrás sólo de Vettel, por delante de Webber. Ahí, en la batalla, en la lucha, donde nos gusta verle, en primer plano, donde están los mejores, donde merece. Porque tenía oportunidad de terminar delante de los Mercedes y los Lotus, con Grosjean además caído en la Q1. Pero no. Había que arriesgar...

Así que en la Q3 a alguien se le debió ocurrir que es mejor salir detrás con unos neumáticos que aguantarán muchas más vueltas. Así que a pista con los medios y octavo mejor tiempo. Por delante todos con blandos, excepto Webber y el otro Red Bull volador, que saldrá cuarto tras los dos Mercedes que acompañaron a su compañero supercampeón en el podio de la parrilla de salida. El asturiano con su tiempo de la Q2 hubiera sido tercero en la parrilla y se supone que habría mejorado con la pista más limpia, así que podría haber salido segundo tras Vettel. Una alegría mínima, pero...

La explicación es sencilla, radica en el comportamiento desigual de los Pirelli y en alguna certeza. El viernes con poca gasolina el coche iba bien con las gomas y apenas desgastaba, ayer en los últimos libres con mucha carga los destrozaba, como el resto. Así que la idea es salir con los medios, dar más vueltas que nadie y al final poner los blandos con escaso combustible. El podio es el objetivo. El peligro, salir tan atrás. Y la esperanza, que los Pirelli vuelvan a degradar tanto como el viernes para el resto. En teoría el día de la carrera no sucede, pero ahora veremos si la estrategia de Ferrari es acertada.

De una manera u otra, Vettel ganará su cuarto título en India, un circuito en el que ha ganado siempre, en el que ha ido primero siempre, un trazado excepcional para que un piloto de época vuelva a proclamarse campeón mientras la afición española sigue soñando con milagros y con héroes imposibles en el cielo marrón.